La
indignación social causada por la rapiña de los antiguos responsables y
dirigentes de Caja Madrid ha extendido la sombra de la sospecha al conjunto de
las antiguas cajas de ahorro víctimas de la apropiación política indebida que
las condujo a la quiebra. En Castilla y León, como en toda España, se ha puesto
la lupa sobre la posible existencia de “tarjetas black” como las de Caja
Madrid, convertidas en símbolo de el expolio sufrido por las antiguas entidades
de ahorro.
Julio Fermoso saliendo de declarar |
Pero aunque en el caso de Caja Madrid hayan
sido la guinda del pestilente pastel, lo de las tarjetas no debe hacernos
perder la perspectiva. No sería más que una de las muchas prebendas de las que
han gozado durante años los mismos consejeros y directivos que han conducido a
las cajas al desastre. Desde las altas retribuciones, los blindajes y las
prejubilaciones millonarias de los ejecutivos al abusivo cobro de dietas,
remuneraciones en especie y obtención de créditos a interés preferencial por
parte de determinados presidentes y consejeros. Y por encima de todo ello las
ruinosas y sospechosas operaciones crediticias e inmobiliarias, que acabaron
hundiendo las cajas de Castilla y León, todas ellas hoy fagocitadas por
entidades bancarias controladas desde otras comunidades.
En estas estábamos cuando a estas alturas de la
película el PSOE de Luis Tudanca se nos descuelga con una proposición en las Cortes instando a la Junta
a que solicite y haga publica toda la información relativa a las percepciones,
dietas, créditos, avales, prejubilaciones, indemnizaciones, etc. y por supuesto
los gastos realizados con cargo a tarjetas de consejeros y directivos. ¡A buenas
horas, mangas verdes! Cuando la
Junta -que mientras tuvo atribuida la tutela de las cajas
consintió todo tipo de excesos- carece ya
de competencias por la sencilla razón de que las cajas han desaparecido. Un
brindis al sol con el Tudanca pretende desmarcarse de todo un
cenagal del que su partido ha sido tan responsable como el PP, con el que desde
2003 compartió el asalto político de las cajas, la toma y reparto de sus
órganos rectores y la designación de sus presidentes.
Santos Llamas en la Audiencia Nacional |
El hecho de que, con carácter previo a su absorción
por Unicaja, Caja España-Caja Duero y el banco resultante de su fusión, el CEISS,
necesitaran ayudas públicas valoradas en más de 4.300 millones (1.129 aportados
por el FROB y 3.173 millones en activos tóxicos endosados al “banco malo”)
permiten hacerse idea del lamentable estado financiero que presentaban ambas
cajas en el momento en que emitieron sus últimas participaciones preferentes.
Y sobre las artes con las que se comercializó el producto resulta muy reveladora la conclusión a la que llegó la fiscalía de Valladolid en las diligencias previas que instruyó antes dela
UCE trasladara su querella a la Audiencia Nacional :
“No se les puso debidamente al corriente (a los ahorradores) de los riesgos del
producto que adquirían, como es la posibilidad de pérdida del dinero y del no
cobro de los intereses”. "Esta información incompleta o inveraz -añadía la
fiscal- ha generado un error en el consentimiento de los adquirentes, en cuanto
entendieron que era similar a un plazo fijo con mayor retribución”.
Y sobre las artes con las que se comercializó el producto resulta muy reveladora la conclusión a la que llegó la fiscalía de Valladolid en las diligencias previas que instruyó antes de
100 días después, justo cuando la Comisión de la Competencia ha dado el
visto bueno a la operación, han saltado las alarmas al conocerse que DIA
pretende enjugar parte de la deuda de “El Árbol” a costa de que sus cerca de
300 proveedores de la comunidad asuman quitas de hasta el 50 por ciento de lo
que se les adeuda. No sé que suerte correrán los 2.700 trabajadores de “El
Árbol en Castilla y León, pero el panorama que se les presenta a sus proveedores
no tiene precisamente muy “buena pinta" que digamos...