lunes, 16 de marzo de 2015

Luces y sombras emergentes

 Aunque los sondeos de ámbito nacional apuntan hacia una especie de cuatripartidismo, con Podemos disputando el primer puesto y Ciudadanos pisando los talones al PP y al PSOE, en Castilla y León no parece que los partidos emergentes vayan a alcanzar tal progresión. Todo induce a pensar que en esta comunidad el PP sigue disponiendo de un amplio colchón sobre el resto -seguramente de suficiente grosor para conservar la mayoría absoluta en las autonómicas- y que el PSOE, pese a su mas que probable retroceso, no ve amenazada su segunda posición. Lo que está por ver es a que a distancia se sitúa el tercer partido y si éste es Podemos o Ciudadanos, que, pese a su alejamiento ideológico, están compitiendo entre sí por captar el voto de castigo a populares y socialistas.


Luis Fuentes, candidato de Ciudadanos
 Mientras el PSOE hace semanas que arrancó su maquinaria electoral y el PP la está desplegando a marchas forzadas , los emergentes se mantienen en un discreto segundo plano, volcados en su organización interna y en el peliagudo trance de las candidaturas, sin que a estas alturas apenas sepamos nada de sus propuestas programáticas. Por no saber, hasta hace nada desconocíamos sus candidatos a la presidencia de la Junta, que en el caso de Ciudadanos será el que viene siendo su dirigente provisional (delegado autonómico) en Castilla y León, Luis Fuentes, proclamado días atrás candidato al ser el único que ha presentado los avales necesarios para dicha elección.

 Por lo que se refiere a Podemos, aunque son seis los afiliados que optan a encabezar el cartel autonómico, no hace falta ser ningún lince para pronosticar que la candidatura recaerá sobre su secretario general en la comunidad, el leonés Pablo Fernández Santos, el hombre de confianza de Pablo Iglesias en Castilla y León. Visto como discurrió la elección del Consejo Ciudadano Autonómico, en la que Fernández Santos barrió a sus dos contrincantes, el resultado está mas que cantado. Cuatro de los otros cinco candidatos se presentan de forma individual y solo uno, el salmantino Fernando Gil Villa, presenta simultáneamente una lista agrupada, “Castilla y León Plural”, con 45 aspirantes a formar parte de las candidaturas autonómicas.

Fernández Santos es el único que acompaña una lista agrupada completa (84 nombres), que, salvo sorpresa, será elegida en su totalidad, ya que, aunque se vota de forma abierta, está demostrado que en Podemos las corrientes votan en bloque y la mayoritaria -en esta ocasión denominada “En Castilla y León, Podemos”- al final acapara la totalidad de los puestos. 
Pablo Fernández, líder de podemos en CyL
Así pasó cuando se eligió en Vista Alegre al Consejo Estatal encabezado por Pablo Iglesias y así pasó en Castilla y León con la elección del Consejo Autonómico, en la que Fernández logró el 68,11 por ciento de los votos frente al 19,92 de Gil Villa y el 11,97 del tercer candidato, el vallisoletano José Alberto Rodríguez, que es uno de los cuatro candidatos que se presentan ahora de forma individual. Eso sí, el talón de Aquiles de esa votación fue la participación, ya que de los 13.024 inscritos en el censo, solo votaron 3.402 (el 26, 12 por ciento).

Entre los 84 nombres de la candidatura oficialista figuran 22 de los 34 integrantes del Consejo Autonómico, así como los secretarios de los Consejos de Valladolid, Daniel García, y Ávila, Óscar Gregorio Jiménez. Después, habrá que ver como se distribuyen esos nombres entre las nueve listas provinciales, ya que otra particularidad de las primarias de Podemos es que la elección interna se realiza a través de una circunscripción única para toda la comunidad autónoma.

 De todo lo anterior se desprende que, a diferencia de la anárquica actuación que está deparando Podemos en el terreno de las elecciones municipales, el aparato del partido ha controlado férreamente el proceso de las primarias autonómicas. En esto, y en algunas otras actitudes internas, como las que ha venido denunciando Gíl Villa en artículos publicados en “Diario de Valladolid”, sus dirigentes tienen poco que reprochar a los de “la casta”.

 La ausencia, el día 24 de mayo, de una papeleta propia de Podemos en la urna municipal va a constituir sin duda un handicap para sus candidaturas autonómicas. Comentaba días atrás “El topillo” el auténtico galimatías  montado al respecto. A fecha de hoy ya son dos las capitales de provincia, Segovia y Zamora, en las que Podemos se abstendrá de participar en las municipales. En otras dos, Burgos y Salamanca, se dispone, si no decide dar marcha atrás, a participar en candidaturas unitarias con Ganemos, IU y Equo. En Palencia y León ha optado por promover agrupaciones de electores propias, en Ávila es posible que respalde la que promueve la asamblea "Trato Ciudadano", en Soria no hay nada decidido y en Valladolid concurrirá, junto a Ganemos, a través de un partido instrumental.

"Imagina Burgos", detonante de la primera discordia en Podemos
 Además de dejar a Podemos fuera de juego de las Diputaciones provinciales, ese embrollo no beneficia nada a las candidaturas autonómicas de la formación, que no se verán arropadas con la correspondiente papeleta municipal.
 Ello sin contar las tensiones internas originadas por esa disparidad de criterios respecto a las municipales, en algún caso con consecuencias orgánicas, como ha ocurrido en Burgos, donde la secretaria del Consejo Ciudadano, Ana Peña, y otros cuatro miembros del mismo han presentado su dimisión por no compartir la participación de Podemos en la candidatura unitaria “Imagina Burgos”. El detonante de las dimisiones fue el amplio respaldo obtenido por dicha candidatura en la asamblea ciudadana de Podemos, donde el sector encabezado por el ex coordinador provincial de IU y número dos oficioso de partido en Castilla y León, Pedro de Palacio, dejó en manifiesta minoría a la secretaria de Podemos Burgos.

 El problema de Ciudadanos es bien distinto: el aluvión de nuevos afiliados que, al calor de los sondeos, están aterrizando en el partido, en no pocos casos con el evidente y descarado propósito de pillar cacho en sus listas. Una especie de “efecto llamada” de tal dimensión que el partido asegura haber contratado a una empresa cazatalentos encargada de cribar las peticiones de afiliación y evitar que se le cuelen advenedizos imputados en causas de corrupción, si es que no condenados en firme. Eso es algo que habría que dar por descontado desde el momento en que Albert Rivera asegura que no pactará con ningún partido que lleve imputados en sus listas. Más dudoso es que Ciudadanos sea capaz de protegerse contra la legión de tránsfugas y arribistas que están viendo en esta fuerza emergente una ocasión pintiparada para medrar. Veremos.