Aunque se haya tomado como un exabrupto más,
la pregunta que lanzó el aire el presidente de la Diputación y del PP de
León sobre el “caso Cifuentes” resulta muy esclarecedora del marasmo en que se
encuentra el partido que lidera Mariano
Rajoy. “Vale, no hizo el master, ¿y
cuál es el problema? No le veo la
gravedad”, dijo Juan Martínez Majo,
como ya reseñó “El topillo” el
pasado jueves. Entre el alud de respuestas que ha suscitado tan inaudita actitud
del máximo responsable del PP leonés, me quedó con el comentario realizado por Iñaki Gabilondo, que acaba de la
siguiente forma: ¿Quiere saber, señor
Majo, cuál es el problema. Se lo explico, o mejor, no se lo explico, porque quien es capaz de formular esa pregunta es
evidente que no va a entender la respuesta”.
Aparte de
constituir un monumental zasca, Gabilondo pone el dedo en la llaga. Martínez
Majo, y como él la inmensa mayoría del “staff” nacional, autonómico y
provincial del PP, son incapaces de comprender que un amplio segmento de la
sociedad española no tolera, no ya la corrupción económica de llevárselo
calentito, sino el clientelismo, el nepotismo, la desvergüenza, la mentira y el
caciquismo con el que se comportan con toda desfachatez no pocos de sus
supuestos servidores públicos. Instalados en esa cultura política, ven normal y
aceptable escándalos como el protagonizado por la todavía presidente madrileña.
Herrera, Cifuentes y Feijóo |
Claro que también la propia Cifuentes, hasta estallarle su falso master, se autopresentaba como adalid de la regeneración frente al lodazal de corrupción heredado de Esperanza Aguirre...
Todavía no
hace tanto que un presunto analista político últimamente muy venido a menos,
prácticamente a nada, presentaba al trío Cifuentes-Feijóo-Herrera como el eje
de un PP regenerado frente al chamuscado PP de Aguirre, Camps y demás
compañeros mártires. Cifuentes está condenada a engrosar en cosa de días esa
interminable lista de caídos, Feijóo
se ha enterado gracias a “Fariña” de su antigua y estrecha amistad con uno de
los más conocidos narcotraficantes gallegos y Herrera, el otrora impoluto e
intachable Juanvi, vive en un
sinvivir ante la incesante colección de cadáveres -y los que te rondaré- que
salen de sus armarios.
(En el caso
de Herrera -26 años le contemplan enchufado al Presupuesto, 17 de ellos como
presidente de la Junta-
es lo que tiene cuando se ha ejercido durante tanto tiempo el poder en un clima
de impunidad y sin el contrapeso -salvo en la actual Legislatura- de una
verdadera oposición).
Lo de Zamora, un completo escarnio.- Sabido es que, desde que comenzó
la crisis económica que el PP da por superada, Castilla y León es la comunidad
autónoma española que acumula mayor pérdida de población. Según el censo del
Instituto Nacional de Estadística, en los últimos 8 años ha perdido la friolera
de 137.720 habitantes, al pasar de los 2.563.521 registrados a comienzos de 2009 a los 2.425.801
censados a 1 de de enero de 2017. En este periodo (y falta por computar el
pasado año) se ha esfumado de aquí una población superior a la que vive en la ciudad de León.
Sáez de Santamaría y Báñez el sábado en Zamora |
Con estos
datos llega el partido que gobierna desde hace más de tres décadas tanto en la Junta como en la Diputación y convoca a
bombo y platillo en Zamora una convención nacional sobre “Mundo rural y reto
demográfico”. Desde luego, el lugar no podía ser más idóneo, siempre que el PP
empezara por entonar el mea culpa ante dicho fiasco, reconociera el fracaso de
sus políticas y acudiera humildemente con algún plan dotado económicamente para
combatir esa lacra. Pues ni el menor asomo de todo lo anterior.
La mal llamada convención de Zamora ha sido un
mero acto propagandístico en el que el PP ni ha asumido responsabilidad alguna ante
dicho fracaso ni ha presentado ninguna propuesta para revertir ese drama. Es
mas, ha tenido la desfachatez de convocar un acto así cuando sigue sin
presentar la “Estrategia nacional sobre el reto demográfico”, que, según el
compromiso adquirido por el gobierno Rajoy en la Conferencia de
Presidentes celebrada en enero de 2017, debía estar concluida a finales del
pasado año.
Tan
flagrante incumplimiento -del que no dijo ni pío en su intervención el presidente
“pato cojo” de la Junta-
no fue óbice para que la comisionada
nombrada para elaborar dicha estrategia, una tal Edelmira Barreira, y su jefa política, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría,
participaran en la convención, esta ultima sacándose de la manga las típicas
promesas de inversión propias del clásico mitin electoral, que no otra cosa ha sido esta supuesta convención. Papelón también el de la ministra de
Empleo, Fátima Báñez, que suplía en
el programa a la de Agricultura, Isabel
García Tejerina; en una
provincia en la que el número de pensionistas no va tardar en ser mayor que el de activos
cotizantes a la Seguridad Social ,
Báñez vendió sin inmutarse la averiada moto del empleo creado gracias a la
prodigiosa gestión económica del gobierno central.
Faúndez y Rajoy luciendo la capa alistana |
Resulta que el promotor, sin ningún rumor, de dicha distinción ha sido el alcalde de Trabazos y presidente de
El problema para el PP es que a estas alturas
el conjunto de la población española no comparte las tragaderas rayanas con el
masoquismo de que sigue haciendo gala buena parte de la menguante población
zamorana.