Se comentaba aquí hace una semana la tregua
concedida por el negocio demoscópico, que había decidido no añadir a la
penitencia intrínseca de la Semana Santa
la difusión de nuevos sondeos electorales. Pero ni siquiera se ha respetado la celebración pascual, de tal
suerte o desgracia -depende de para quien- que Sigma Dos volvía a la carga el
domingo con una encuesta publicada en “El Mundo” que confirma el desplome electoral del PP en beneficio de
Ciudadanos, el retroceso del PSOE y la leve recuperación de Unidos Podemos,
estas dos últimas fuerzas simultáneamente por debajo de sus resultados en las elecciones generales de junio de 2016.
El sondeo es especialmente demoledor para el
PP, que habría perdido casi el 30 por ciento de los votos cosechados entonces,
cayendo del 33,03 por ciento obtenido entonces al 23,30 por ciento que le
depararían unos hipotéticos comicios celebrados ahora. En contraposición,
Ciudadanos duplicaría sus resultados, pasando del 13,1 al 26,7, lo que le
situaría como primera fuerza electoral con 3,4 puntos de ventaja sobre el PP.
Mariano Rajoy y Albert Rivera |
Por otro lado, el sondeo confirma que el procés, sin ninguna duda el factor que
ha sacudido el tablero político, ha desnivelado bruscamente hacia la derecha el
centro de gravedad de la política española. En las elecciones de 2016 la suma
de PP (33,03) y Ciudadanos (13,1) alcanzó el 46,13 de los votos, mientras el
PSOE (22,7) y Unidos Podemos (21,1) sumaron el 43,8. Dicha diferencia (2,33
puntos) se ha disparado ahora casi hasta los doce, al llegar los primeros a los
50 puntos y descender los segundos al 38,1. Una correlación que aleja del
horizonte la posibilidad de una futura coalición de izquierdas, esa que el
ínclito Alfredo Pérez Rubalcaba se
permitió denominar como un “gobierno Frankestein”.
Ciudadanos, un partido “atrápalotodo”.- Como ya se ha apuntado, lo
preocupante para el PSOE es que la desacomplejada derechización de Ciudadanos –se
comenta por sí sola la presencia de su portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, acompañando el
despliegue de ministros del PP que entonaron “El novio de la muerte” al paso
del Cristo de la Legión
de la Semana Santa
malagueña- no esta siendo obstáculo para que los naranjas, devenidos en un
partido “atrápalotodo”, les estén madrugando a los socialistas parte de su
electorado tradicional. Además de ello, no hace falta ser adivino para augurar
que Pedro Sánchez se va a ver sometido en las próximas semanas a toda una
ofensiva política-mediática responsabilizándole de que no se aprueben los
nuevos Presupuestos Generales del Estado.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez |
Pero, o mucho me equivoco o vamos a asistir a
una ofensiva como la referida, muy similar a la que tuvo que soportar el propio
Pedro Sánchez para el que el PSOE permitiera con su abstención la investidura
de Mariano Rajoy. Ahora va a
consistir en responsabilizar a los socialistas y a Podemos de que no se pueda
aplicar la subida de las pensiones (raquítica a más no poder) o el incremento
salarial de los funcionarios pactados entre el PP y Ciudadanos. De hecho, los
dirigentes de ambos partidos ya tienen en su argumentario ese reproche tan
tramposo y falaz, ya que una eventual prórroga presupuestaria permitiría
aplicar perfectamente, vía decreto, esas y cualquier otra medida similar.
Una comunidad doblemente
“incumplidora”.-
Y a esa corriente se va a sumar, de hecho ya lo viene haciendo, el gobierno
zombi de Juan Vicente Herrera, para el que la no aprobación
de los nuevos Presupuestos del Estado puede resultar especialmente calamitosa por
las razones ya expuestas aquí la pasada semana: el agujero que contienen los
Presupuestos de la Comunidad
de 2018 al haber inflado artificialmente el capitulo de ingresos con unos
incrementos de las entregas a cuenta del Estado que en ningún momento estaban
avalados y garantizados por el ministerio de Hacienda.
Y todo ello cuando hace
unos días la consejera de Hacienda, Pilar de Olmo, no tenía mas remedio que reconocer que Castilla y León ha sido la comunidad autónoma que más
se ha desviado el pasado año en el cumplimiento del objetivo de déficit, cerrando
el ejercicio con un 0,95 por ciento sobre el PIB, un 0,35 por encima del 0,60
fijado en su día por el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Traducido a
euros contantes y sonantes ello significa que la Junta ha gastado en 2017
cerca de 200 millones de euros más de lo estipulado, desmintiendo de un plumazo
ese mantra de “comunidad cumplidora” con el que tanto ha presumido en materia
de déficit público.
Pilar del Olmo y Juan Vicente Herrera |
Incumplimiento del límite del déficit e
incumplimiento asimismo de la ratio de endeudamiento, ya que al mismo tiempo se
ha conocido otro dato no menos esclarecedor, cual es que la deuda pública de la
comunidad se incrementó en 2017 un 4,9 por ciento, pasando de 11.316 a 11.870 millones,
cuantía equivalente al 20,8 por ciento del PIB autonómico, porcentaje un punto
por encima del tope del 19,8 por ciento autorizado por el ministerio de
Hacienda. En el año 2001, en el que Herrera accedió a la presidencia de la Junta , la deuda pública de
la comunidad se cifraba en 1.270 millones, el 3,3 por ciento del PIB de
entonces.
No es ninguna
exageración calificar de extremadamente onerosa la herencia financiera que va a
legar el todavía presidente de la
Junta cuando concluya su etapa, bien sea anticipadamente o
tras las elecciones autonómicas de junio de 2019. Una hacienda autonómica
hipotecada para varias generaciones a la que se suma el pesado lastre político
que esta suponiendo ya para esta comunidad, no solo para el PP, la permanencia del
gobierno zombi amachambrado a la
Junta.