Confieso que me ha dado mucha pereza volver a
abordar el desdichado capítulo del expolio y la almoneda de las extintas Cajas
de Ahorro de Castilla y León, pero ante las “no conclusiones” de la comisión
parlamentaria que ha intentado investigar en las Cortes las causas de su
liquidación, me quedaría con cara de imbécil si no realizara algunas
consideraciones al respecto.
Pese al indecoroso pacto alcanzado entre el PP
y el PSOE para taparse juntos sus vergüenzas limitando el alcance de dicha
investigación parlamentaria, el desarrollo de la misma ha permitido constatar
el mangoneo/mamoneo de que fueron objeto las desaparecidas cajas por parte de
ambos partidos, que, en ocasiones en comandita con algún otro de carácter
minoritario, caso de la Unión
del Pueblo Leonés, y de determinados sindicatos, mayormente UGT, coparon los
Consejos de Administración, contribuyendo por acción y omisión a la quiebra de
las desaparecidas entidades de ahorro. Y esto es incuestionable por mucho que
se haya tratado, especialmente por parte del PP y de la Junta , de achacar
exclusivamente dicha quiebra a la fatídica conjunción de la crisis financiera
global y de la burbuja inmobiliaria española.
1.- El falaz mantra de la crisis financiera
y de la burbuja inmobiliaria.
Constituye toda una falacia, ya que de lo contrario se hubieran
arruinado todas las Cajas. Y no ha sido así. Las que estaban correctamente
gestionadas no solo han sobrevivido, sino que han conseguido crecer gracias al
naufragio de las liquidadas víctimas de su desastrosa gestión. Sin ir más
lejos, es el caso de la andaluza Unicaja, que se quedó a precio de saldo con
Caja España y Caja Duero. La aragonesa Ibercaja, que engulló entre otras a la
del Círculo Católico de Burgos, es otro ejemplo.
Y una cosa más. También era falaz vincular
tamaño y supervivencia. Ahí están para corroborarlo cajas como las de Pollensa
y Onteniente, que siguen vivitas y coleando.
2.- La fusión promovida por Juan Vicente
Herrera y Óscar López agravó la quiebra de Caja España y Caja Duero.
Se ha pretendido responsabilizar del desaguisado a las resistencias provincianas
a la constitución de la gran Caja única de la comunidad promovida conjuntamente
por la Junta y
el PSOE, eso que Herrera y López dieron por llamar la potenciación del músculo
financiero.
Lo cierto y verdad que, pese a esas
resistencias, PP y PSOE sacaron adelante la fusión de Caja España y Caja Duero,
que sumaban el 60 por ciento de los recursos captados por las seis cajas
(45.000 de un total de 75.000 millones de euros).
Y la fusión
Caja España-Caja Duero (banco CEISS) resultó un verdadero fiasco, sencillamente
porque la suma de dos cajas arruinadas solo podía conducir a otra doblemente
arruinada. Para colmo, Herrera y López no tuvieron mejor ocurrencia que colocar
al frente del banco CEISS a Evaristo
del Canto, cuya nefasta gestión
terminó de dar la puntilla al invento. Tras la pérdida de más de 3.000 de
puestos de trabajo y el cierre de mas de medio millar de oficinas, la
escabechina laboral colea aún hoy en Unicaja, que recientemente anunció un nuevo ERE para seguir
reduciendo plantilla.
Rodrigo Rato |
Dicha
prerrogativa permitía abortar el
propósito de Caja Segovia y Caja Ávila de fusionarse con Caja Madrid. Pero
irrumpió en escena Rodrigo Rato y
tras una comida con Herrera en un restaurante madrileño, la
Junta dio el níhil óbstat a dicha fusión. De igual forma,
tampoco se opuso a la integración de Caja Burgos en Banca Cívica
(posteriormente absorbida a su vez por Caixabank).
4.- La
Consejería
desatendió por completo sus obligaciones de control. El PP y la Junta desvían la atención
hacia el Banco de España y, en el caso de las participaciones preferentes, a la Comisión Nacional
del Mercado de Valores, olvidándose del flagrante incumplimiento de sus
competencias en la materia. La
Junta disponía de un representante en la Comisión de Control de
cada Caja, órganos que, según ha quedado palmariamente acreditado en las
comparecencias ante la comisión parlamentaria, no controlaban absolutamente
nada.
Santos Llamas y José María Arribas |
Podría seguir, pero lo anterior es suficiente por
hoy para acreditar la incuestionable responsabilidad política del gobierno de
Juan Vicente Herrera y del PSOE de Óscar López en el proceso de expolio y
almoneda de las extintas Cajas. Un proceso que lamentablemente no ha tenido las
consecuencias penales que merecía.
Resulta
especialmente escandaloso que los responsables del sinfín de tropelías
perpetradas en Caja España y Caja Duero se hayan ido de rositas. Pero ya hemos
visto como actúa la Justicia
cuando los poderes financieros están por medio. No obstante, gracias a las denuncias formuladas originalmente por la desaparecida UPyD, están pendientes de juicio oral los casos referentes a las indemnizaciones millonarias de los ex directivos de Caja Segovia y a los créditos al ex presidente de Caja Burgos.