Concluida
la tregua navideña, que ni siquiera ha sido tal, la cuenta atrás hacia la
triple -si es que a Pedro Sánchez no
le acaba dando porque acabe siendo cuádruple- convocatoria electoral del
26 de mayo está definitivamente lanzada. Los cuatro meses y medio que restan
son de pura y dura precampaña electoral. La Legislatura autonómica
está prácticamente liquidada; el mes de enero prácticamente no hay actividad
parlamentaria y el 1 de abril las Cortes quedarán oficialmente disueltas al
convocarse las elecciones autonómicas del 26-M.
En esta coyuntura los partidos se enfrentan
simultáneamente a un doble frente, ya que tienen que intensificar su presencia
pública en la precampaña al mismo tiempo que abordan el costoso proceso interno
de completar sus carteles electorales. Porque a fecha de hoy, aparte de los
candidatos a la presidencia de la
Junta (y no en todos los casos) y a las alcaldías de los
principales ayuntamientos (sólo PP y PSOE), faltan por completar todas las
candidaturas tanto a las elecciones municipales como a las autonómicas. Y queda por oír mucho crujir de dientes.
De momento, el candidato a la presidencia de la Junta y presidente
autonómico del PP, Alfonso Fernández
Mañueco, va a reunir en los próximos días a los candidatos a las alcaldías
de las nueve capitales a fin de escenificar un cierre de filas con el que
quitarse el mal sabor de boca que dejaron los dos abruptos “dedazos” con los que Pablo Casado se despachó en Palencia
mientras giraban los bombos del sorteo del Gordo.
Pilar del Olmo y Pablo Casado |
Ciudadanos, partido que, salvo un nuevo vuelco del actual equilibrio de fuerzas, está llamado a jugar un papel
determinante a la hora de decantar el signo político del próximo gobierno de la
comunidad y de gran parte de los principales ayuntamientos, ha llegado al mes
de enero sin tener elegido ningún candidato a nada. Y ni siquiera se conoce el
calendario del proceso de elecciones primarias al que teóricamente -que se lo
cuenten a Manuel Valls o Luis Garicano- deben someterse sus
candidatos. Sobre su cartel electoral a la presidencia de la Junta , me remito a las
conjeturas expuestas aquí a mediados de diciembre, que se extendían a una terna de posibles candidatos: Luis Fuentes, Francisco Igea y Pablo Yánez.
El efecto arrastre que tienen las candidaturas
municipales sobre las urnas autonómicas
puede constituir un importante hándicap para Ciudadanos, partido que, por mucho
que le sonrían los sondeos, sigue teniendo una precaria implantación territorial.
Ese puede ser su gran talón de Aquiles, máxime cuando en la lucha por captar
candidatos municipales desencantados con el PP se está encontrando con la dura
competencia de Vox, que sin apenas hacer ruido podría llegar a completar mayor
número de listas que la formación naranja. Y no se olvide que ello repercute
directamente en la composición de las Diputaciones provinciales, que es otra de
las cuotas de poder -y no la menos importante- en juego el próximo 26-D.
José Sarrión y Francisco Guarido |
Podemos,
que ya ha realizado sus primarias autonómicas, reeligiendo a Pablo Fernández como candidato a presidir
la Junta , no
quiere oír hablar de primarias conjuntas para elegir las listas resultantes de la
pretendida confluencia. Por su parte, el sector de IU crítico con Alberto Garzón (y por ende aquí con José Sarrión), personalizado en
Castilla y León por el alcalde de Zamora, Francisco
Guarido, no quiere saber absolutamente nada del partido de Pablo Iglesias. Y para acabar de
enredar la madeja, tras la sonora bronca entre Gaspar Llamazares y la dirección federal, la corriente Izquierda
Abierta, que tiene presencia en la comunidad, está a medio paso de escindirse y
quedarse en Actúa, el partido promovido por el propio Llamazares en compañía de
otro Garzón, éste de nombre Baltasar y ex juez de profesión. Todo lo cual no resulta nada
baladí, sobre todo en el ámbito municipal, empezando por el ayuntamiento de
Valladolid, donde a priori la suerte del actual alcalde, el socialista Óscar Puente, dependerá de que el PSOE
y las fuerzas situadas a su izquierda vuelvan a sumar mayoría absoluta frente a
una eventual alianza de la tripartita derecha.
Mientras tanto el año ha comenzado en Castilla
y León sin Presupuestos de la
Junta porque así lo ha decidido -para mayor comodidad de sí mismo y de
la consejera de Economía y Hacienda y nueva candidata a la alcaldía de Valladolid, Pilar
del Olmo- Juan Vicente Herrera,
el presidente del gobierno zombi de la comunidad. ¿O es que acaso alguien cree
que Herrera se hubiera refugiado en esta nociva prórroga presupuestaria si optara de nuevo a la presidencia?
José Antonio de Santiago-Juárez y Antonio Sáez |
Sumo y
sigo. El Tribunal Superior de Justicia acaba de tumbar el catalogo de puestos
del personal de la Junta
de Castilla y León, dejando al descubierto el descarado clientelismo que ha
presidido la nefasta política del gobierno Herrera en materia de Función
Pública. Un descalabro éste que el consejero de la Presidencia , De Santiago-Juárez, añade al
estrepitoso fracaso de los pretendidos mapas rurales de la Ordenación del
Territorio, que han encallado definitivamente en el Parlamento autonómico. Y
qué decir de la Sanidad
pública, que, con el impertérrito consejero Sáez
al frente, ha seguido y sigue deteriorándose
ante la impasibilidad del gobierno zombi, que, al desoír la multitudinaria
manifestación celebrada hace un año, ha provocado la convocatoria de una “marea
blanca” regional que a buen seguro volverá a inundar las calles de Valladolid
el próximo 26 de enero.