Pero
a pesar del pésimo resultado electoral firmado por Casado,
Ciudadanos no logró el pretendido sorpasso y en consecuencia fracasó
en ese objetivo de desplazar al PP como fuerza hegemónica de la
derecha. Pero Rivera debe de ser el único que no se ha enterado.
Solo así se explica que, en lugar de adecuar su estrategia política
a la nueva realidad, persista en una deriva que ha colocado a su
formación al borde de la esquizofrenia política, con defecciones y
purgas respondidas con nuevas dosis de ensimismamiento caudillista.
Albert Rivera |
Superado
su momento mas crítico, Casado se ha hecho con las riendas del PP y
ha moderado el discurso político radical concebido para contener la
temida sangría de votos hacia Vox. Aquella catarata de insultos
dedicados a Pedro
Sánchez
-“felón”,“okupa” “cómplice” de un golpe de Estado,
entre otras lindezas- ha quedado desterrada, al menos de momento,
del vocabulario del líder del PP. Por el contrario, Rivera se echó al monte y allí sigue obstinado en permanecer. Lejos de retirar el “cordón
sanitario” al partido de largo mas votado en las pasadas elecciones
generales, el líder de Ciudadanos sigue preso de una obsesión que
le ha llevado a patentar la expresión “Sánchez y su banda” para
referirse al PSOE.
Aunque
tiene connotaciones incluso mas lacerantes, Rivera relaciona el
concepto “banda” con el reparto del Poder como si tratara de “un
botín”. Y eso era justo lo que nos faltaba por oír en Castilla y
León, donde Ciudadanos, tercera fuerza electoral a muchísisima
distancia tanto del PSOE y como del PP, se ha valido de la necesidad
de este último para lanzarse sin pudor a la caza y captura de cuotas
de poder y poltronas políticas que en ningún caso se corresponden
con su limitado respaldo en las urnas. Partidaria de modificar la
legislación electoral para evitar que las minorías nacionalistas
“extorsionen” al gobierno de España, en Castilla y León la
formación naranja ha llevado esa misma “extorsión” hasta
extremos inimaginables.
Luis Fuentes y Miguel Ángel González Rodrigo |
Seis
de 12 procuradores, con sueldos de primera.-
Para empezar, gracias a su acuerdo con el PP, Ciudadanos (12
procuradores) cuenta en la Mesa de las Cortes con igual número de
representantes, dos, que populares y socialistas, titulares de 29 y 35
escaños, respectivamente. Sin esa “deferencia” del PP,
inequívoca entrega a cuenta del posterior pacto de gobierno, al
partido naranja le hubiera correspondido un solo puesto en la Mesa.
Y desde luego no hubiera sido la presidencia que ostenta Luis
Fuentes,
sino la secretaría tercera que ha pasado desempeñar Marta
Sanz.
A
esos dos puestos de la Mesa (94.811 euros brutos anuales por cabeza)
se suman el de la portavoz, Ana
Carlota Amigo,
y los dos portavoces adjuntos (David
Jesús Martín
y Miguel
Ángel González
Rodrigo),
remunerados igualmente por cuenta de la Cámara, la primera con la
misma soldada que los miembros de la Mesa, y los segundos con 90.491 euros del ala. Si a ello se añade la condición de vicepresidente y consejero de la
Junta adquirida por Francisco
Igea,
tenemos a seis de los doce procuradores naranjas con sueldo político
de primer nivel.
Aparte
de ello, tras el incremento del 10 por ciento en las subvenciones a
los grupos parlamentarios, el de Ciudadanos dispone de 47.806 euros
mensuales de las Cortes para lo que le venga en gana, ya que se trata
de asignaciones de libre disposición no fiscalizadas por la
institución.
Igea y Navarro cuando ambos eran diputados del Congreso |
La
cuota de consejerías de la Junta -cuatro sobre diez- arrancadas por
Ciudadanos al PP en su pacto de gobierno en la Junta no guarda
proporción con los escaños de cada uno de ellos, pero no presenta
especial desequilibrio con respecto a lo que viene siendo usual en
otras comunidades. En este punto lo reseñable es que a instancias
del vicepresidente Igea se haya creado una nueva consejería diseñada
a su completo antojo que incrementará como mínimo en media docena
de altos cargos el organigrama de la Junta. Eso y que uno de ellos,
el de viceconsejero de Transparencia, se haya utilizado para
recolocar a un correligionario, Fernando
Navarro,
ex diputado del Congreso por Baleares fracasado en su intento de
renovar su escaño en las pasadas generales.
Pero,
a expensas de lo que nos deparen los nombramientos pendientes de
conocer en la Junta, ha sido en el ámbito de los Ayuntamientos y las
Diputaciones donde Ciudadanos ha mostrado una voracidad compulsiva
por hacerse con sueldos políticos y cuotas de poder. Y ahí tenemos en Palencia al intrépido
Mario Simón, ocupando la alcaldía con tan solo tres de los
25 concejales que integran la corporación municipal. Ello, para
mayor inri, tras firmar personalmente un documento con la única
concejala de Vox, cuyo voto era imprescindible para alcanzar la
mayoría absoluta.
Burgos era la segunda alcaldía de capital exigida por Ciudadanos para apoyar la investidura de Alfonso Fernández Mañueco y si Vicente Marañón fracasó en el intento fue precisamente por no conseguir sumar los votos de Vox, al igual que Palencia imprescindible para que salieran las cuentas. Pero el propósito de desvirtuar la voluntad democrática -Ciudadanos cuenta con cinco de los 27 concejales del consistorio burgalés- quedó patente y ya veremos si no se reproduce en el futuro.
Francisco José Requejo |
Tras
exigir, de nuevo a cuenta de la investidura de Mañueco, las
presidencias de las Diputaciones de Burgos y Segovia, en la primera de
ellas sucedió que el llamado a presidirla, Lorenzo
Rodriguez,
tuvo más sentido común que su partido y consciente de las
limitaciones de su grupo -tres de 25 diputados- optó por conformarse
con la vicepresidencia primera, que tampoco es poca cosa (63.000
euros anuales).
En
contraste con lo anterior, en Zamora el único diputado provincial de
Ciudadanos, Francisco
José Requejo,
tenía la desfachatez de asumir la presidencia de la Diputación
(59.255 euros anuales) con el interesado apoyo del PP, que dinamitaba
así el pacto tripartito negociado entre PSOE, IU y el propio Requejo
para gobernar la institución bajo presidencia socialista. Desde el “caso Antorrena” no se recordaba en Zamora
un episodio político tan rastrero como el protagonizado por el
actual presidente de la Diputación.
Pero
la cosa no ha quedado ahí. Con tan solo un diputado de 25,
Ciudadanos ha conseguido a través de sendos pactos con el PP hacerse
con la vicepresidencias primera de las Diputaciones de Ávila y
Soria. En la primera Pedro
Cabrera se
levanta un sueldo de 53.000 euros y en la segunda Saturnino
de Gregorio
disfruta de otro de 46.000.
Saturnino de Gregorio |
Forzado por la dirección regional del partido, el nuevo presidente ha nombrado vicepresidenta segunda a Gema Gómez, que se embolsará con el cargo 65.963 euros anuales, mientras el otro diputado naranja no le va mucho a la zaga, ya que como portavoz de grupo tiene asignados 60.348. Y no se descarta que algo similar a lo de Valladolid termine sucediendo en la Diputación de Segovia, donde, al conseguir finalmente el PP la mayoría absoluta, Ciudadanos se ha quedado sin la presidencia inicialmente exigida.
Si
Rivera llama “la banda de Sánchez” al PSOE y “botin” a su
pretensión de mantenerse en el poder ¿como habría que calificar a
Ciudadanos tras el bochornoso “peaje” de cargos y sueldos que se
ha cobrado a cambio de mantener al PP en la Junta de Castilla y
León?.