lunes, 28 de julio de 2025

La trastienda/ Tiempo de descuento

 Insisten día sí día también la derecha y la ultraderecha patrias -también Podemos, que debería hacerse mirar esta y otras coincidencias con PP y Vox- en que la legislatura nacional está agotada, y todo lo que no sea convocar elecciones constituye una absoluta pérdida de tiempo. Los argumentos son sobradamente conocidos: el gobierno Frankenstein que preside el maligno Pedro Sánchez carece de suficiente respaldo parlamentario, sus antiguos socios de investidura le dejan colgado cada dos por tres y ni por asomo está en condiciones de sacar adelante unos nuevos Presupuestos,

El "maligno" se sostiene gracias a una “mayoría negativa” (Aitor Esteban dixit) que no le deja caer porque, cuanto mayor es la debilidad del inquilino de La Moncloa, mayor tajada saca por mantenerle vivo, aunque sea con respiración asistida. Y además de ello, la alternativa de propiciar una nueva convocatoria electoral supondría un paseo triunfal para PP y Vox, que, según todos los sondeos, sumarían con holgura mayoría absoluta en el Congreso.

Rueda de prensa de Sánchez en La Moncloa
 En el análisis no contemplan que una eventual dimisión de Sánchez no comportaría automáticamente la convocatoria de elecciones. En su infinita maldad, el actual presidente puede abstenerse de esa convocatoria y pasar a Felipe VI la patata caliente de realizar consultas para proponer un nuevo candidato a la investidura, tal como ocurrió tras la dimisión de Adolfo Suárez. (Ni imaginar quiero lo que sería ver a Feijóo, quien lógicamente no podría sustraerse al ofrecimiento, someterse a un nuevo debate de investidura con Óscar Puente -de ganador a ganador- dándole cumplida réplica). Y si después de eso persistiera la “mayoría negativa” contra la presumible alianza PP-Vox, igual el que releva a Sánchez es Salvador Illa, que tengo para mí que de eso se trató en la improvisada visita del presidente catalán a La Moncloa el pasado 20 de junio.

 

Mañueco, con la misma precariedad que Sánchez.-  Pero a lo que iba. Si la legislatura nacional se considera agotada porque el gobierno carece de mayoría parlamentaria y ni siquiera se molesta en presentar unos nuevos Presupuestos, qué decir de la situación en Castilla, donde la Junta que preside Fonsi Fernández Mañueco se encuentra en idéntica situación desde que Vox rompió el pacto con el PP y abandonó el gobierno de la comunidad. Y hablando de precariedad parlamentaria, ahí está el revolcón sin precedentes que ha supuesto para el gobierno Mañueco la reforma de la Ley de Publicidad Institucional (una reforma, por cierto, cuya aplicación ya está obstaculizando la Junta con todos los medios a su alcance).

Mañueco anunciando el autobús gratuito
 Y tampoco está el PP de Castilla y León en las mejores condiciones para restregar mucho al PSOE la lacra de la corrupción: A la vuelta de la esquina está el juicio oral de la “trama eólica”, en el que vuelven a sentarse en el banquillo varios exaltos cargos de la Junta, como ya sucediera con el caso “Perla Negra & Pufos Asociados” (asociados a su vez a la cúpula de la consejería de Economía que en su momento encomendó Juan Vicente Herrera al desaparecido Tomás Villanueva). ¿Que qué tuvo que ver Fernández Mañueco con dichas tramas? Pues nada más que, aparte de ser consejero de los mismos gobiernos, era el secretario general (número dos, tras Herrera) del PP de Castilla y León. De modo que menos lobos Caperucita.

 Bien es cierto que la legislatura nacional está en su ecuador, mientras la autonómica está ya prácticamente en los minutos de la basura. A lo más tardar, habrá elecciones en marzo, sin descartar que Mañueco consiga el visto bueno de Feijóo para adelantarlas al próximo otoño, con lo que se evitaría el bochorno de no presentar nuevos Presupuestos durante dos años consecutivos. Fonsi lleva en esa idea desde el pasado mes de enero, momento en el que la Junta inició un incesante despliegue electoralista con un descaro sin límites. Con unos presupuestos prorrogados, todavía no ha explicado, por ejemplo, de dónde van a salir los 60 millones que va a costar la gratuidad de las líneas de autobús dependientes del gobierno autonómico.

 

La incomprensible pachorra de Carlos Martínez.- Así las cosas, llama cada vez más la atención la pachorra, por no decir desidia, que viene mostrando el nuevo secretario autonómico del PSOE y eventual candidato a la presidencia de la Junta en las próximas elecciones autonómicas, Carlos Martínez.

Martínez, Rubio y De la Rosa
 En lugar de volcarse plenamente ante este último reto, incomprensiblemente Martínez sigue aferrado a la alcaldía de Soria y al escaño de diputado provincial con el que complementa su remuneración. Está desaprovechando casi por completo los escasos meses de que dispone para proyectar su alternativa política en el conjunto de la comunidad y, para mayor inri, su respuesta ante los agravios del gobierno central (supresión de paradas del AVE, financiación similar para Cataluña, etc.) han dejado bastante que desear.

Sus dos lugartenientes en la Ejecutiva que encabeza, la leonesa Nuria Rubio y el burgalés Daniel de la Rosa, vienen teniendo mucha más presencia que él en el día a día de Castilla y León. Este perfil tan bajo ha dado pábulo incluso al rumor de que, en el caso de fracasar como candidato a presidir la Junta, ni siquiera tomaría posesión de su escaño de procurador, que resulta legalmente incompatible con la alcaldía de Soria.


 Dada su manifiesta apatía, dentro de su partido y también fuera del mismo muchos empiezan a preguntarse por qué asumió la responsabilidad de liderar el PSOE de Castilla y León y, por ende (va de suyo), la de encarnar el cartel electoral socialista en las casi inminentes elecciones autonómicas.  


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