viernes, 28 de noviembre de 2025

¿Nevenka "excluyente"? ¡Qué asquito, Carlitos!

 El 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha coincidido este año con la celebración de una sesión plenaria en las Cortes de Castilla y León, el “mausoleo” alzado en el barrio vallisoletano de Villa del Prado. Y en el banco azul del hemiciclo pudo verse al presidente Fernández Mañueco y demás miembros de su gobierno luciendo el lazo violeta que simboliza la lucha contra esa lacra social. A su lado, como corresponde, se situaba la vicepresidenta primera y única de la Junta, Isabel Blanco, a la sazón consejera de Igualdad, quien por la mañana se había sumado al acto institucional celebrado en la Diputación de Segovia, de cuyo equipo de gobierno, integrado por 15 miembros, tan solo tres son mujeres (exactamente el 20 por ciento).

Mañueco accediendo al hemiclo del "mausoleo"
En la pregunta parlamentaria que abría la sesión plenaria, Mañueco se defendió de las duras críticas de la portavoz socialista, Patricia Gómez Urbán, llamando a la unidad y el consenso en torno a la nueva Ley sobre Violencia de Género que se tramita en el “mausoleo”. El presidente de la Junta defendió esta nueva Ley, que esperemos que no decaiga por disolución de la Cámara, con una rotundidad asombrosa.

Impúdica impostura.- Rotundidad ciertamente asombrosa si se recuerdan los antecedentes: el PP, que llevaba en su programa electoral ese compromiso, pegó el cambiazo al formar gobierno de coalición con Vox, al que compró la llamada “Ley contra la Violencia Intrafamiliar” (punto 10 de las 32 acciones contenidas en el acuerdo entre ambos partidos, firmado entre el propio Mañueco y el que fue su vicepresidente en la Junta, Juan García-Gallardo Frings, felizmente desaparecido en combate). Por fortuna, la ruptura de la coalición impidió que se perpetrará esa Ley inspirada por Vox, al igual que la no menos nefasta “Ley de Concordia”, cuyo Proyecto asumieron como propio Mañueco y los suyos -con el que fuera portavoz del grupo popular, el hoy esforzado eurodiputado, Raúl de la Hoz, y el consejero de la Presidencia, el eminente jurista creador del ocaso como argumento constitucional, González Gago, a la cabeza- sin la menor objeción.

Carlos Fernández Carriedo, consejero portavoz de la Junta
 Contemplar a Mañueco y los suyos luciendo el lazo violeta debería resultar como mínimo impúdico a cualquiera que conozca los referidos antecedentes, por lo demás públicos y notorios. Pero si quedaba alguna duda de la impostura, en la segunda jornada del pleno, la Junta y el PP se ocupaban de disiparla, al oponerse, junto a Vox, a la iniciativa socialista de crear unos premios con el nombre de Nevenka Fernández como símbolo de la lucha contra la violencia de género.

 Para acabar de arreglarlo, al día siguiente el consejero portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, se ha descolgado justificando el rechazo a la creación de los premios en el carácter “excluyente” de la denominación. ¿En qué resulta excluyente la figura de Nevenka Fernández, una víctima de libro (y no lo digo por el publicado por Juanjo Millás) de la violencia machista? Una víctima que, siendo concejala del grupo popular, fue objeto de un acoso sexual por el que fue condenado el entonces alcalde, Ismael Álvarez, del PP, en sentencia del Tribunal Superior de Justicia confirmada después por el Tribunal Supremo.

Nevenka: Un doble infierno nunca confortado por el PP.- Nevenka encadenó dos infiernos. El que sufrió durante el persistente acoso de Álvarez, que no se resignó a que la concejala rompiera la relación sentimental que habían mantenido. Y al que le condenaron los miembros de su propio partido, que le dieron por completo la espalda, lo mismo que gran parte de los ponferradinos, que respaldaron sin pudor al alcalde maltratador. 

Nevenka Fernández
Sin olvidar lo que tuvo que soportar durante la vista oral del juicio, en el que un energúmeno con toga de fiscal, un tal García Ancós, le sometió a un bochornoso interrogatorio. “Usted no es la empelada de Hipercor, que le tocan el culo y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos”, reprochó a Nevenka el antediluviano representante del ministerio fiscal.

 Consecuencia del desafecto de buena parte de sus paisanos, Nevenka decidió alejarse de Ponferrada, rehaciendo su vida en otro país. Por su parte, el PP nunca confortó a su antigua militante víctima de ese acoso. Y su figura sigue levantando sarpullidos en sus filas, hasta el punto de que la directora Itziar Bollaín tuvo que filmar la película “Soy Nevenka” en otro emplazamiento ante las dificultades encontradas con el gobierno municipal de Ponferrada que encabeza el alcalde Marco Morala.

Y ahora va Fernández Carriedo, ese eterno-chico-bien-mandado-que-vale-igual-para un roto-que-para-un descosido, y suelta lo de “excluyente”. Mientras se fraguó el caso Nevenka, desde el acoso hasta la denuncia y el posterior juicio, Carriedo era el consejero de Sanidad y Bienestar social de la Junta, cargo al que accedió el siglo pasado, concretamente en junio de 1999. Y por supuesto ni entonces ni después ha deslizado el menor reproche al alcalde condenado por acoso sexual. En su lugar, el reproche ha sido ahora al carácter “excluyente” de la víctima. ¡Que asquito, Carlitos!

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