jueves, 19 de septiembre de 2013

Todo es empeorable



A la vuelta de las vacaciones comentábamos aquí que el nuevo curso político había comenzado exactamente por los mismos derroteros que el anterior, sin el menor propósito de enmienda por parte del partido gobernante y la misma incapacidad de la oposición socialista para contrapesar y contener la sima abierta entre la calle y las instituciones. Una disociación que, lejos de corregirse, se agrava día sí día también con nuevos episodios -todo es empeorable- que degradan aun más nuestra calidad democrática.


Jesús Posada
Acabamos de ver como una de las asignaturas pendientes para enjugar ese creciente déficit democrático, la Ley de Transparencia, se ha aprobado en falso, sin el imprescindible consenso y lastrada por restricciones que la convierten en papel mojado, metáfora esta última muy en consonancia con las goteras que inundaban el hemiciclo del Congreso de los Diputados. (El famoso chaparrón ha dejado por cierto bastante empañada la figura de Jesús Posada, objeto de todo un aluvión de críticas a causa de tan chusca situación. Particularmente mordaz la contenida en la carta del director publicada por Pedro J. Ramirez el pasado domingo en "El Mundo" con el título “Goteras y Otilios”).

  En solo unos días hemos visto como el Tribunal Constitucional se enlodaba todavía más al rechazar las justificadas recusaciones presentadas contra su presidente, Francisco Pérez de los Cobos, cuya apariencia de imparcialidad quedó hecha añicos cuando se supo que había sido militante del Partido Popular y que además lo había ocultado al Parlamento que le designó miembro de tan alta Magistratura. 
Hemos ido conociendo el despilfarro de dinero público que ha rodeado la candidatura olímpica de Madrid, de cuyo estrepitoso fracaso por supuesto nadie se ha hecho responsable.

Tomás Burgos
Hemos visto como, si no hubiéramos tenido suficiente caldo con la taza que nos sirvió Telefónica proporcionando una prebenda a Rodrigo Rato, ha venido el Santander a dotar de otra sinecura parecida al ilustre prófugo del Fondo Monetario Internacional y último responsable del mayor desastre financiero de la banca española (Bankia). Hemos visto como Mariano Rajoy sigue rehuyendo el control parlamentario al tiempo que su gobierno reafirma su férrea voluntad de pasarse por el forro la única promesa electoral que le faltaba por incumplir: el compromiso de mantener el poder adquisitivo de las pensiones. (Capítulo éste en el que aparece en primer plano otro viejo conocido del PP de Castilla y León, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, cuyos denodados esfuerzos para negar la evidencia están resultando ciertamente meritorios).

 Y hemos vuelto a ver una vez más como, a falta de otra utilidad, el Senado sirve como cementerio de elefantes, proporcionando refugio y soldada al ex presidente andaluz, José Antonio Griñán. Ya sé que no es el único ex presidente de una comunidad que llega a la Cámara Alta -ahí está sin ir más lejos Juan José Lucas, que llegó a presidirla y que goza de un escaño camino de ser vitalicio-, pero ese es justamente el problema: Se siguen perpetuando los mismos vicios y además compartidos por los dos principales partidos.

Rubalcaba y Rajoy
Así las cosas, está claro que nada sustancial va a cambiar en los próximos meses. Rajoy ha aplazado cualquier movimiento, ya sea en el gobierno o en la cúpula del PP, hasta el momento de confeccionar la candidatura a las elecciones europeas previstas el 25 de mayo de 2014. Ese es el momento crítico elegido para combinar una serie de cambios que incluirán la presidencia de alguna de las comunidades gobernadas por el PP. Y la de Murcia podría no ser la única.

 Por su parte, en el PSOE no parece que su Conferencia política de noviembre vaya a precipitar cambios orgánicos y está claro que Rubalcaba no tiene ninguna prisa en adelantar la convocatoria de primarias para elegir el candidato a las elecciones generales de 2.015. Es más, después de que Carmen Chacón haya puesto tierra por medio y de que el partido ha remontado ligeramente en el último sondeo publicado por “El País”, no se descarta que intente volver a encabezar el cartel socialista. Dependerá, claro está, de que el PSOE salga mínimamente airoso de las elecciones europeas, unos comicios que sobre todo nos permitirán comprobar que grado de castigo sufre en unas urnas el PP de Rajoy. 
Ocho largos meses nos contemplan hasta entonces.

elblogdepedrovicente@gmail.com      19-9-2013