Tras casi un año y medio dando tumbos, el Proyecto de
Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local ,
comúnmente conocida con la reforma local de Montoro, ha entrado en la recta final de su accidentado periplo. A
expensas de algún retoque de última hora, el Senado aprobará la próxima semana
una Ley que en origen no solo suscitó el rechazo de toda la oposición, sino del
municipalismo en general y de la mayor parte de las comunidades autónomas, muy
en especial la de Castilla y León.
Juan Vicente Herrera y Cristobal Montoro |
Lejos de responder al
consenso exigible en una reforma que va a condicionar el futuro de los ayuntamientos y demás entes locales españoles, la Ley va a ser el resultado del simple pacto
interno alcanzado en el seno del PP, donde los distintos intereses enfrentados
han librado una batalla que se ha saldado con vencedores y vencidos.
Los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes y las Diputaciones provinciales son los grandes beneficiados del nuevo “régimen local” auspiciado por el gobierno Rajoy, volcado claramente hacia la privatización de los servicios municipales. El resto de los ayuntamientos, la inmensa mayoría, y las entidades locales menores son los grandes perjudicados. Y junto a ellos, indirectamente las comunidades autónomas, obligadas a asumir la titularidad de las llamadas competencias municipales “impropias” (servicios sociales y mantenimiento de colegios públicos y consultorios locales de salud).
Los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes y las Diputaciones provinciales son los grandes beneficiados del nuevo “régimen local” auspiciado por el gobierno Rajoy, volcado claramente hacia la privatización de los servicios municipales. El resto de los ayuntamientos, la inmensa mayoría, y las entidades locales menores son los grandes perjudicados. Y junto a ellos, indirectamente las comunidades autónomas, obligadas a asumir la titularidad de las llamadas competencias municipales “impropias” (servicios sociales y mantenimiento de colegios públicos y consultorios locales de salud).
Esto último, y no
tanto el ataque a la autonomía local que comporta la reforma, es lo que había
puesto en pie de guerra al gobierno de Juan
Vicente Herrera, que hace solo un mes calificada la Ley como “un atropello”. Dicho
“atropello” eran los 382 millones que le iban a costar a las arcas autonómicas
asumir esas competencias impropias. Sin embargo, ha bastado introducir en el
Congreso de los Diputados unas enmiendas que no alteran el fondo del asunto
para que la Junta
recoja velas y ya dé por buena dicha reforma, asegurando que ahora la Ley recoge el 70 por ciento de
sus reivindicaciones.
Martinez Maillo y De Santiago-Juárez |
La realidad es que
dichas enmiendas apenas modifican nada. Respecto a los servicios sociales
(residencias de ancianos, y centros de día y atención) únicamente amplían el
plazo -dos años en lugar de uno- en el que la Administración
Autonómica debe hacerse cargo de los mismos. Y eso le costará
a la Junta ,
según sus propias, cuentas 252 millones de euros. Los consultorios locales
serán mantenidos por las Diputaciones o los ayuntamientos, pero siempre
mediante convenio con la Junta ,
que como nuevo titular deberá asumír el gasto correspondiente (30 millones). Lo
mismo que ocurrirá con los colegios públicos, cuyo gasto de mantenimiento (100
millones de euros) se remite a la negociación del nuevo de modelo de
financiación autonómica.
En consecuencia,la Junta ha fracasado estrepitosamente en el intento
de eludir la titularidad de esas competencias y ha terminado por claudicar ante
la reforma Montoro. Atrás quedan las aceradas críticas del consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, al presidente de la Diputación de Zamora y vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Fernando Martínez Maillo, quién no ha compartido en ningún momento el impostado victimismo del gobierno Herrera.
En consecuencia,
Pero lo de menos es
que una vez más a la Junta
se le haya ido la fuerza por la boca y haya terminado plegándose a los designios del gobierno Rajoy. Lo grave son los perjuicios que esta reforma conlleva
para una comunidad, Castilla y León, que concentra a más de la cuarta parte (2.248) de los
municipios españoles y al 60 por ciento (2.226 de 3.375)
de todas las entidades locales menores existentes en España. En aplicación de
la nueva Ley, en la práctica la mayoría de los ayuntamientos de Castilla y
León se verán abocados a ceder la gestión de sus servicios más importantes a
las Diputaciones provinciales, que ni que decir tiene que rápidamente los “externalizarán”.
Manifestación en León en defensa de las juntas vecinales |
La espada de Dámocles penderá sobre las entidades locales y
las juntas vecinales, que pierden su personalidad jurídica propia, hasta el
punto de que, aun teniendo saneadas sus cuentas, pueden ser disueltas si el
correspondiente ayuntamiento matriz incumple los requisitos de estabilidad
presupuestaria. Un verdadero atropello, este sí, a unas instituciones de gran
tradición histórica que han administrado durante siglos en régimen de concejo
abierto un ingente patrimonio común que quedaría completamente indefenso frente
a los depredadores de lo público. Y lamentablemente se cumplirá el presagio del
propio Juan Vicente Herrera de que la mayoría de los alcaldes se limitarán en el futuro a poco
mas que “a ir misa el día de la patrona”.
elblogdepedrovicente@gmail.com 18-11-2013