"Mi partido ha cedido a la presión de los grupos reaccionarios de la Iglesia"
(Las razones por las que Rosa Valdeón no comulga con
la reforma de la Ley
del Aborto)
Dado el interés que ha
despertado, reproduzco aquí íntegramente
la entrevista publicada por "El Mundo-Diario de Valladolid" en la que la alcaldesa de Zamora y vicesecretaria de acción
política del PP de Castilla y León, Rosa Valdeón, motiva sus discrepancias con la reforma de de la Ley del Aborto propuesta por el gobierno de Mariano Rajoy.
Pregunta —¿El Gobierno debe
modificar la Ley
del Aborto que acaba de aprobar?
Respuesta —Me gustaría que se tratara con profundidad porque yo entiendo
que esta modificación actual no mejora la anterior, sino todo lo contrario.
Hace que exista más dificultad y más dolor en algo que ya, de entrada, es una
decisión muy difícil. Vamos a intentar que la Ley garantice y proteja a aquellas mujeres que
quieran abortar.
—Pero, fíjese, eso es justo lo
contrario que hace el Gobierno, a quién parece que sólo le preocupa el punto de
vista de quien ni siquiera se plantea abortar.
—Ya, pero es que eso no es incompatible con aquellas mujeres que decidan
seguir adelante con su embarazo, aún asumiendo riesgos para ella o para el
feto. La obligación de una Ley y de un dirigente es dar garantías a las dos.
Hasta ahora hemos visto dos supuestos, uno legal, que marca plazos, y otro que
fija supuestos. Eliminar, a priori, el supuesto de la malformación fetal como
una causa que puede legitimar ese aborto no me parece correcto, porque la
pregunta de si le afecta a la salud psíquica de la madre sobra. La malformación
debe de estar contemplada y, en función, de lo que desee la mujer, tanto si
quiere abortar como si no, apoyarla.
—¿La actual ley protege mejor que
ésta a las mujeres en esa decisión final?
—Yo creo que habría que combinar. Tiene que haber unos plazos, pero creo
que hay una serie de supuestos a consensuar. Por eso, lo que más me ha
extrañado es que precisamente los supuestos, grave riesgo de la vida de la
madre, malformaciones en el feto y la violación, que es lo que estaba más
consensuando por todos, sean el objeto de la polémica al excluir el de la
malformación en el feto. La ley actual no es un coladero. Todos los abortos que
se han hecho en este país han tenido todas las garantías. Se habla de un comité
de ética, que ya existe en los hospitales.
—Entonces, ¿cree innecesario su
modificación?
—Pues, probablemente. Para mí sólo tenía un aspecto duro, el de las
menores de 18 años, porque si cuando son operadas de apendicitis se les pide el
consentimiento a los padres, en este caso mucho más y, además, los padres deben
saberlo. Es una contradicción científica en este momento, tener el mejor
sistema sanitario público, capaz de detectar todas las enfermedades con
antelación y que ahora ¡se le niega la solución! No tiene ningún sentido.
—¿Cree que la mujeres del PP, con o
sin cargos políticos, deberían liderar un movimiento en el seno del partido
para parar esta ley?
—Sin duda. Aunque yo creo que el movimiento debería ser de los dos sexos,
pero las mujeres tenemos una sensibilidad especial y mayor. Yo en este caso doy
mi opinión personal con absoluta lealtad, pero no digo mucho más de lo que me
están trasladando muchas personas. Espero que las mujeres, hombres también,
pero sobre todo las mujeres, den un paso adelante.
—¿El Gobierno, el PP, su partido ha
cedido a la presión que ejercen los grupos más reaccionarios de la Iglesia católica?
—Parece claro que sí. Esta modificación ha sido una sorpresa para todos.
Ni yo ni muchísima gente del partido, votantes y simpatizantes que me han
llamado y se han puesto en contacto conmigo, estamos de acuerdo. Desde luego,
yo no sé si eso ha sido así, lo que sí sé es que la única explicación plausible
es que el partido haya cedido a esos sectores más reaccionarios de la Iglesia. Es la única
que parece lógica.
—¿El ministro Alberto Ruiz Gallardón
debería dar marcha atrás?
—Una vez aprobada, lo lógico y lo normal es que vaya al trámite
parlamentario y ahí se modifique. Además, creo que es lo mejor, porque ahí se
van a oír no sólo las sensibilidades de la calle, sino también a los grupos
políticos. Es necesario buscar un punto intermedio y una alternativa para unir
a más grupos. Hay que escuchar a los movimientos ciudadanos, sociales, a los
profesionales médicos. Hay que buscar el mayor consenso político y social.
—Si finalmente en el trámite
parlamentario no hay ese consenso por el que usted aboga y la ley se mantiene
prácticamente igual de restrictiva, ¿apuesta porque las diputadas del PP voten
en contra?
—Me gustaría.
Quizás en este caso las mujeres del PP, sobre todo las que estamos en puestos
de responsabilidad, lo que tenemos que hacer es convencer a los hombres, si
alguno no conoce bien el tema, para que sean igual de sensibles. Sí, espero que
las diputadas del PP actúen en conciencia y creo que estoy diciendo lo que
piensa mucha gente.
—¿A qué achaca el flagrante silencio
de las mujeres del PP, salvo su caso y algún otro que ahora se ha sumado, como
la delegada del Gobierno del Madrid? ¿El PP ha instalado la ‘omertá’?
—No. A mí me llama la atención que, dentro de un partido con distintas
sensibilidades, no haya habido respuesta. Espero haber roto la barrera y que de
alguna forma sirva para que otras mujeres con responsabilidades lo hagan.
Pensar que se calla por miedo o por cobardía no me parece concebible.
—¿Teme que esta cerrazón en la que
se mueve el Gobierno le lleve a aprobar la Ley como está, sin cambio alguno?
—Espero que no. Creo que quizá la primera reacción está dentro del
argumentario previsto. Como se aprobó el viernes, el lunes hay que decir que
está bien. El Gobierno tiene que decir lo que ha dicho y yo creo que hay que
darle tiempo. Estoy segura que algo, yo espero que bastante, tiene que cambiar en esta Ley.
(Entrevista publicada por F. Ramos en “El
Mundo-Diario de Valladolid” de 27 de diciembre)