Mientras la Junta y la jerarquía eclesiástica siguen
estirando como un chicle “Las edades del hombre”, luciendo los tesoros
artísticos de la Iglesia ,
buena parte del patrimonio monumental, tanto civil como religioso, de Castilla
y León sigue abandonado a su suerte. Para contrariedad de la consejería de
Cultura, la Lista roja del Patrimonio que elabora la asociación “Hispania
Nostra” denuncia la dejadez oficial ante el problema.
Castilla y León lleva muchos años a la cabeza de esa lista, que recopila los monumentos españoles en estado de abandono y, por ende, en fase de progresiva ruina. En el año 2009 teníamos 102 monumentos, dos años después eran 137 y en la actualidad se elevan a 177, cifra que representa casi la tercera parte de ese infamante catálogo. Nos siguen a mucha distancia Andalucía, con 64 monumentos, y Aragón, con 61.
Castillo de Belmonte de Campos (Palencia) |
Pero para ello se requiere una sensibilidad
que en ningún momento ha mostrado la
Junta hacia el Patrimonio histórico-artístico, que, según el Estatuto de
Autonomía (art. 4), constituye uno de los “valores esenciales” en la identidad
de Castilla y León que debe de ser “objeto de especial protección y
apoyo”. Es cierto que todo el Presupuesto de la Junta resultaría
insuficiente para atender las necesidades del ingente patrimonio monumental que
atesora esta comunidad. Pero ya que se califica de “valor esencial”, lo menos se
podía esperar es una dotación presupuestaria preferente que nunca ha tenido.
Enrique Sáiz |
Otro gallo nos hubiera cantado si la Junta hubiera cumplido la Ley del Patrimonio de Castilla
y León aprobada por las Cortes en 2002, cuyo articulo 71 regula el “uno por ciento cultural”. Pero dicha medida,
consistente en destinar al Patrimonio al menos el uno por ciento de lo
invertido por la Junta
en todas las obras públicas superiores a los 300. 506 euros, sigue sin
aplicarse doce años después. Para colmo de males, la Fundación del Patrimonio
Histórico de Castilla y León (FPH), constituida en 1997, vive una situación de
completa incertidumbre, habida cuenta de que sus mecenas no eran otras que las
seis antiguas cajas de ahorro de la comunidad. Desaparecidas éstas, está por
ver que ocurrirá con esa fundación común compartida con la Junta. Dada la penuria de
recursos con la que han nacido algunas de las fundaciones herederas de la obra
social de las antiguas cajas -la de Caja España-Caja Duero sigue sin
constituirse- difícilmente van a poder mantener sus aportaciones a la FPH.
Humedades en el acueducto de Segovia |
Del abandono público del Patrimonio monumental
da buena idea el hecho de que el ayuntamiento de Segovia haya tenido que
aceptar una subvención de 30.000 euros de Bankia para poder atajar con urgencia
las humedades que están deteriorando el mismísimo acueducto, monumento
declarado por la UNESCO Patrimonio
de la Humanidad desde
1985. Casi una humillación, teniendo en cuenta que Bankia mantiene hipotecado el
Torreón de Lozoya, enseña de la antigua obra social y sede de la fundación Caja
Segovia, como consecuencia del confuso préstamo solicitado por la extinta
entidad de ahorro para hacer frente a una deuda tributaria.
Con esos módicos 30.000 euros, el banco que fagocitó a la caja provincial y mantiene hipotecada a la fundación heredera de su obra social, lava su imagen ante los segovianos. Y además de ello obtiene la contraprestación publicitaria de poder colocar cuatro carteles, dos de ellos en la zona mas concurrida por el turismo, para que se entere el mundo entero de su magnanimidad. Manda narices.