El asesinato de la presidenta de la Diputación y del PP de
León, Isabel Carrasco, ha teñido de luto la primera semana de una campaña
electoral que no estaba consiguiendo remontar el vuelo. Tras la conmoción política
y social causada por tan luctuoso suceso, 48 horas después de lo previsto
asistiremos esta noche al único debate mano a mano protagonizado por Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano.
Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano |
Los sondeos vienen constatando la existencia
de un creciente sector de opinión que mete a ambos partidos en el mismo saco,
responsabilizándoles por igual de la crisis económica, política e
institucional en que está sumida España. Una corriente de opinión que explica
el estancamiento, incluso el retroceso, del PSOE en las encuestas, y que lastra
su esfuerzo por recuperar, aunque solo sea en parte, al electorado que le
abandonó en 2011.
En Ferraz
contemplan con estupor que los socialistas no solo no se benefician del notable
desgaste del PP, sino que, dos años y medio después de perder el poder, muchos
de sus antiguos votantes no han perdonado la claudicación del gobierno de Zapatero a partir de aquel infausto día
de mayo de 2010. Aquellos ajustes dictados por la “troika”, culminados con la
ignominiosa reforma exprés de la Constitución , le siguen pasando factura al PSOE,
que, en lugar de afrontar la ineludible catarsis, prefirió encomendar la
travesía del desierto a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba |
Así las cosas, flaco favor le ha hecho a su
partido Felipe González, quien, una
vez mas por encima del bien y el mal, afirmaba hace unos días que no vería con
malos ojos un hipotético gobierno de coalición entre PP y PSOE. Algo completamente
a contracorriente de la estrategia electoral de Ferraz que Rubalcaba se veía
obligado a descartar inmediatamente. Por el contrario, la que encaja
perfectamente dentro de esa estrategia es la moción de censura presentada por
el PSOE en Extremadura, una iniciativa dirigida contra el PP, partido gobernante
en dicha comunidad, que a la vez ha intentado poner en evidencia a IU, cuya
abstención permite gobernar en minoría al presidente Monago.
Este ímprobo esfuerzo del PSOE por desmarcarse
del PP choca sin embargo con algunas evidencias europeas difíciles de soslayar. Una de ellas es el giro dado por los socialistas franceses de la mano Manuel Valls. En contra de lo que venía
preconizando François Hollande, el
plan de reducción del déficit congelando las pensiones, el sueldo de los
funcionarios y determinadas prestaciones sociales recuerda inevitablemente al
conjunto de medidas aplicadas por Zapatero a partir de aquel fatídico mayo de
2010.
Merkel, Schulz y Hollande |
Pase lo que pase el 25 de mayo, Mariano Rajoy
seguirá gobernando. En el peor de sus escenarios, si sufre un severo retroceso
electoral, como mucho puede verse obligado a modular sus políticas, máxime a un
año de unas elecciones municipales y autonómicas en las que hay mucho en juego.
En cualquier caso, Rajoy no se juega su supervivencia política. Al contrario
que Rubalcaba, a quien otro retroceso electoral sobre los pésimos resultados de
2011 le dejaría completamente fuera de juego ante las primarias socialistas del
próximo otoño. Para el primero estas
elecciones son un marrón; para el segundo, pueden ser su tumba política. Esa es
la diferencia.