150 asociaciones y colectivos ciudadanos de
las Merindades de Burgos han unido sus firmas en una declaración contra el“fracking” o fractura hidráulica, el sistema de extracción de gas que intenta
abrirse paso en Castilla y León con la anuencia del Partido Popular y del
gobierno que preside Juan Vicente Herrera.
Esquema de un pozo de extracción mediante el fracking |
El riesgo de contaminación del suelo y del subsuelo, de
los acuíferos y de las propias aguas superficiales, a causa de los productos químicos empleados y de los gases tóxicos emanados es manifiesto. El “fracking” es justamente la antítesis del desarrollo sostenible que demanda
el mundo rural, una brutal agresión a los tradicionales medios de vida, a los
valores naturales y paisajísticos y al turismo. De ahí la alarma social
generada en las comarcas amenazadas, como la burgalesa de las Merindades, y de
ahí la cautelas adoptadas al respecto por la mayoría de las comunidades
autónomas.
Castilla y
León es una de las cuatro comunidades que no le hacen ascos -mas bien, todo lo
contrario- al “fracking”. Las ha habido que ya han legislado en contra, como las
de Cantabria, La Rioja ,
y Navarra, todas ellas gobernadas por el PP y limítrofes con Castilla y León.
Otras, aunque no han legislado expresamente en contra, han adoptado acuerdos
parlamentarios o de gobierno paralizando cualquier actuación o estableciendo
moratorias mientras no se despejen los riesgos de esta peligrosa actividad. Son
los casos de Galicia, Asturias, País Vasco, Aragón, Andalucía, Cataluña, Baleares y Canarias. Solamente
Castilla La Mancha ,
Murcia y Valencia muestran permisivas.
Villanueva en la clausura de la jornada de UGT |
“Sería un error, incluso una
irresponsabilidad, cerrarse a explorar y conocer nuevas tecnologías como la de
fractura hidráulica”, decía el consejero de Economía, Tomás Villanueva, al término de la jornada sobre el “fracking”celebrada en Burgos convocada por la UGT de Castilla y León. Una jornada claramente orientada a
minimizar los riesgos de la fractura hidraúlica y con la que se ha pretendido contrarrestar
la alarma social que cunde ante las prospecciones que se realizan en la
provincia burgalesa.
No es casualidad que la empresa Trofagas
Hidrocarburos, filial española de la estadounidense BNK Petroleum, que
inicialmente había fijado su sede en Vigo, decidiera el pasado año trasladar su
domicilio a Burgos. Mientras en Galicia había visto frenados sus planes, en
tierras burgalesas mantiene dos proyectos de exploración para extraer gas
mediante el “fracking”.
Uno de ellos se denomina “Sedano”, ubicado en el municipio que fuera segunda
residencia de Miguel Delibes, y otro
“Urraca”, éste en las Merindades. Y mucho están
dando que hablar los “viajes de
promoción” organizados por Trofagas para dar a conocer al mundo político,
empresarial y sindical de Burgos la inocuidad de los pozos de extracción de gas
de la BNK en
Polonia.
Manifestación en Burgos contra el fracking |
Entretanto, sigue su curso con todos los
parabienes de la Junta
-incluida la consabida declaración favorable de impacto ambiental- el proyecto
de explotación a cielo abierto del extenso yacimiento de uranio ubicado en los
municipios salmantinos de Retortillo y Villavieja de Yeltes. La concesión
otorgada por la consejería de Economía permitirá a la multinacional australiana
Berkeley Minera la extracción anual de 2,2 toneladas de dicho mineral. Otra
explotación muy controvertida por su enorme repercusión medioambiental, derivaciones radiactivas incluidas, que, de hecho, obligan a la preceptiva
autorización del Consejo de Seguridad Nuclear.
No está enterrada la central de Garoña y ya
estamos abriendo otro frente radiactivo en el otro extremo de la comunidad. No nos privamos de ningún riesgo.