Desde que a primeros de septiembre el
presidente Fernández Mañueco y los procuradores del PP
respaldaron en las Cortes la propuesta socialista que tumbaba la reforma de la
atención primaria impulsada por la consejería de Sanidad, se desató la psicosis
de unas posibles elecciones anticipadas en Castilla y León. Tenía su lógica. El
presidente había desautorizado sin miramientos a la consejera de Sanidad, Verónica Casado -y por ende a su
mentor, el vicepresidente Francisco Igea-
poniendo en un brete a sus socios de Ciudadanos, que lógicamente no podían
secundar ese giro del PP. Se abría así una profunda brecha entre PP y Cs sobre
el asunto más delicado que tenía y tiene sobre la mesa el gobierno Mañueco.
Consciente de que unas nuevas elecciones conllevan su certificado de defunción, Ciudadanos propuso rápidamente al PP un acuerdo conjunto sobre otra proposición parlamentaria, que, sin alterar el contenido de la anterior,
Mañueco en su escaño de las Cortes |
Pero la crisis ha seguido
latente porque en realidad no ha existido nunca entre ambos grupos
parlamentarios, sino que se sitúa en el seno del propio gobierno a causa de la
insubordinación de la consejera Casado, que a esta fecha, y a pesar de la orden
expresa recibida del presidente Mañueco, sigue obstinada en imponer su reforma
sin cumplir lo acordado por las Cortes: el restablecimiento de la atención
presencial médica y de enfermería en todos los centros de salud y consultorios
locales de Castilla y León.
Con las encuestas soplando totalmente a favor,
Mañueco suspira por anticipar unas elecciones con las que mataría dos pájaros
de un tiro, ya que le reportarían una amplia mayoría con la que seguir
gobernando sin el oneroso lastre que suponen Casado e Igea, unos políticos
zombis que vienen desafiado su autoridad.
Pero el presidente de la Junta no quiere
admitir públicamente que la crisis la tiene dentro de su gobierno y, a modo de
coartada para justificar el adelanto electoral, ha preferido aferrarse a la
posibilidad de que el PSOE presente una segunda moción de censura. En lugar de
afrontar esa crisis interna de autoridad, se ha apuntado a la vía de Isabel Díaz Ayuso: Disuelvo las Cortes y convoco elecciones antes de que
me presenten otra moción de censura.
Un repudio que desactiva la segunda moción de censura.- Y en el relato de convertir dicha moción en detonante del adelanto electoral es en el que ha trabajado el PP en las últimas semanas, No es casualidad que en los dos últimos plenos de las Cortes Mañueco se haya afanado en acusar al socialista Luis Tudanca de seguir buscando trásfugas para una nueva moción de censura. Reiterada acusación claramente dirigida a motivar el adelanto electoral que planea.
Barcones, Tudanca y Sánchez en los pasillos de las Cortes |
Tampoco cabe identificar la pérdida de la
mayoría parlamentaria a una inestabilidad política que impida la
gobernabilidad. Si bien es cierto que la falta de mayoría ocasiona a los socios
de gobierno puntuales derrotas parlamentarias, ello no ha puesto hasta ahora en
riesgo la estabilidad de gobierno.
Se acaba de comprobar con
aprobación del techo de gasto de la Junta para 2022, preludio de que el
gobierno Mañueco va a sacar adelante los Presupuestos de la Comunidad para el
próximo año. Como ya ocurriera el pasado año y se veía venir en este, el
procurador del partido “Por Ávila”, Pedro
Pascual, ha vuelto a salir al rescate presupuestario a cambio lógicamente
de las correspondientes contrapartidas para su provincia.
Vía libre a los nuevos Presupuestos.- Con los Presupuestos encarrillados y desmontada la coartada de la segunda moción de censura socialista, Mañueco se queda sin un relato mínimamente sólido para justificar el adelanto electoral que tiene in mente.
En primer plano, Casado, Al fondo, Igea. |
La consejera Casado no se da por aludida ante
las continuas desautorizaciones públicas del presidente -la última justificando
las críticas del senador Maroto- y
menos aún con que sean ya dos los presidentes provinciales del PP, primero el
de Burgos y después el de Ávila, los que han solicitado ya su dimisión. Le
resbala completamente lo que piense y diga el socio mayoritario y, basándose en
aquel sondeo en el que obtenía mejor valoración ciudadana que Mañueco, alguien
le ha hecho creer que sería la candidata ideal de Ciudadanos a la presidencia
de la Junta.
Por lo demás, el traslado de Javier Izquierdo a Ferraz para ocuparse
de la Secretaria de Estrategia y Acción Electoral, ha propiciado el regreso a
la Delegación del Gobierno de Virginia
Barcones, que ya tuvo a su cargo
entre 2018 y 2019.
La repesca de Barcones para la Delegación
constituye un completo acierto, ya que en su corta etapa anterior acreditó una
solvente y fructífera gestión, con notable capacidad para implicar al gobierno
central en la solución de los problemas de su competencia en el ámbito de la
comunidad autónoma. Y desde luego supone un regalo inesperado para Tudanca, el
candidato socialista a la presidencia de la Junta cuando quiera que sean las
elecciones de marras.