Habrá que esperar esos cien días de gracia
que han caído en desuso para ver como se va asentando el tablero de la política
española después del cambio de gobierno. Los primeros sondeos indican un
importante repunte del PSOE, que aparece ahora como primera fuerza política con
varios puntos de ventaja sobre PP y Ciudadanos, que hace tan solo un mes
superaban holgadamente a los socialistas.
Es sin duda el reflejo de de la buena acogida
del primer gobierno de Pedro Sánchez,
cuyo nivel y composición sorprendió a una opinión pública que no esperaba un
nuevo banco azul de semejante calado y proyección.
(De suerte que incluso el “gatillazo” de Maxim Huerta ha permitido corregir la frivolidad de su nombramiento y reemplazarle por alguien de acreditada solvencia en el ámbito de la gestión cultural como es José Guirao).
Son días todavía de vino y rosas de un gobierno que ha irrumpido con el declarado propósito de aprovechar al máximo la oportunidad que le ofrece la favorable coyuntura política con la que se ha encontrado, en la que el handicap de disponer tan solo de 85 votos se ve compensado con la notable debilidad de la oposición: Un PP descabezado y envuelto en un espinoso proceso en busca de un nuevo liderazgo, un Albert Rivera descolocado y un Pablo Iglesias atenazado por sus antiguos y recientes errores.
Pedro Sánchez |
(De suerte que incluso el “gatillazo” de Maxim Huerta ha permitido corregir la frivolidad de su nombramiento y reemplazarle por alguien de acreditada solvencia en el ámbito de la gestión cultural como es José Guirao).
Son días todavía de vino y rosas de un gobierno que ha irrumpido con el declarado propósito de aprovechar al máximo la oportunidad que le ofrece la favorable coyuntura política con la que se ha encontrado, en la que el handicap de disponer tan solo de 85 votos se ve compensado con la notable debilidad de la oposición: Un PP descabezado y envuelto en un espinoso proceso en busca de un nuevo liderazgo, un Albert Rivera descolocado y un Pablo Iglesias atenazado por sus antiguos y recientes errores.
En estas circunstancias es lógico que Sánchez
no tenga la menor intención de convocar a corto plazo elecciones generales. Ha
dejado claro que tratará de agotar la legislatura y desde luego piensa afrontar
desde La Moncloa
la triple convocatoria electoral (municipales, autonómicas y europeas de mayo
de 2019), que es la cita que va a determinar la verdadera recomposición del
mapa político. No en vano siempre se ha dicho que el partido ganador de las
elecciones municipales sale después victorioso de los siguientes comicios
generales.
Virginia Barcones y Luis Tudanca |
Además de ser es el único partido que a fecha
de hoy tiene proclamado sus candidatos a la presidencia de la Junta y a las Alcaldías de
más de 20.000 habitantes, el PSOE de Luis
Tudanca cuenta ahora con el marchamo de ser el partido gubernamental. Y por
si nadie caía en la cuenta, ahí está ya al frente de la Delegación del Gobierno
la número dos del partido en la comunidad, la soriana Virginia Barcones, quien ha tardado menos de 24 horas en anunciar
los nombres de los subdelegados en las nueve provincias.
No es casualidad tampoco que el representante
del Gobierno en su toma de posesión fuera el secretario general de
Infraestructuras, Javier Izquierdo,
hasta hace nada presidente del grupo parlamentario socialista de las Cortes. A
falta un ministro representativo del PSOE de Castilla y León, Izquierdo, en
tanto que responsable de la planificación de las carreteras y el ferrocarril, se
perfila como el nuevo cargo público socialista de mayor relevancia para esta
comunidad. Sin olvidar el retorno a la Secretaría de Estado de la Seguridad Social
del burgalés Octavio Granado, de
nuevo al frente del negociado que, con permiso del Pacto de Toledo, gestiona
las pensiones.
No era ya ninguna quimera antes del cambio de
gobierno en Madrid, pero en la actual tesitura la hipótesis de una alternancia política
en la Junta de
Castilla y León no es nada inverosímil. Absolutamente descartada cualquier mayoría
absoluta, resulta difícil vaticinar cual
será la fuerza mas votada -dependerá del grado de desplome del PP y del
previsible ascenso del PSOE- y de qué lado se decantará Ciudadanos si es que,
llegado el momento, dispone de la llave de gobierno.
Alfonso Fernández Mañueco y Juan Vicente Herrera |
Mientras tanto, el PP está en plena convulsión
interna para elegir al sucesor de Mariano
Rajoy. La incomparecencia de Alberto
Núñez Feijóo y la inesperada entrada en escena de Pablo Casado ha trastocado por completo las previsiones sucesorias,
dejando descolocados a casi todos. Y tras saltar a la palestra Soraya Sáez de Santamaría y Dolores de Cospedal, la dirección autonómica que encabeza Fernández Mañueco ha
recogido inmediatamente velas, absteniéndose de posicionarse a favor de ninguno
de los candidatos.
Otro tanto
han hecho los nueve presidentes provinciales del partido. Naturalmente, todos
tienen sus preferencias, pero ninguno quiere arriesgarse a apostar equivocadamente
y caer en desgracia ante el sucesor o la sucesora de Rajoy. No se olvide que,
con arreglo a los Estatutos del PP, los candidatos a las presidencias de los
gobiernos autonómicos, a las alcaldías de las capitales de provincia y a los escaños del
Congreso y el Senado se designan directamente desde la calle Génova.