Entramos por fin en la recta final de esta
interminable campaña electoral, que, tras la intensidad de los pasados comicios
generales, se nos está haciendo tan larga como la temporada
futbolística a los seguidores del Real Madrid.
Tanto a los candidatos, que han tenido tiempo de recorrer siete veces
ciudades y villorios de Castilla y León, como a los sufridos electores, que no
ven llegada la hora de que pase el 26 de mayo y con él el
bombardeo propagandístico de que vienen siendo objeto. (Y menos mal que no se
ha aplicado esa insolente medida que permitía hacer campaña telemática
invadiendo cuentas de las redes sociales y correos electrónicos).
Pero en lo que se refiere a Castilla y León, sin duda el mayor aliciente del próximo domingo es el de dirimir la encrucijada que se abre ante las elecciones autonómicas: La continuidad (con los matices lampedusianos que se quiera) del régimen político instaurado por el PP en
Francisco Igea y Luis Tudanca |
La verdad es que, aunque ello sea más que
previsible, Mañueco no tiene fácil
colocar ese mantra entre el electorado. Primero, porque venimos de una campaña
electoral en la que Albert Rivera
desplegó un cordón sanitario contra el PSOE de Pedro Sánchez que a fecha de hoy sigue manteniendo. Y segundo,
porque venimos de una legislatura autonómica en la que el PP, pese a no
disponer de mayoría absoluta, ha seguido gobernando a sus anchas en Castilla y
León gracias a que Ciudadanos apoyó la última investidura de Juan Vicente Herrera y los distintos
presupuestos presentados por su gobierno zombi. Como tampoco ignora Mañueco que, gracias al partido naranja, el PP ha podido gobernar en estos últimos cuatro años ayuntamientos como los de Burgos, León, Palencia, Ávila y Salamanca.
Los posibles pactos poselectorales
centrarán sin duda ese segundo debate a cuatro previsto este martes, en el que
el candidato del PP no podrá eludir por su parte su posición respecto a Vox,
cuya representación puede resultar determinante posiblemente no tanto en las
Cortes de Castilla y León como en importantes ayuntamientos y puede que alguna
Diputación provincial. Veremos como discurre ese debate y si Mañueco sale del
mismo tan campante como del anterior, en el que incluso se permitió calificar
su opción como un “proyecto renovado” intentando poner distancia del actual
presidente “pato cojo”, algo que después ha ratificado durante un mitin
compartido por ambos en Burgos.
Juan José Lucas y Alfonso Fdez. Mañueco |
El candidato del PP debería ser más cauto si no quiere exponerse a más de un “zasca” de esos que te dejan temblando. No debería olvidar que durante 10 años ha formado parte de los sucesivos gobiernos presididos por Herrera y que, como presidente desde hace dos del grupo popular de las Cortes, es el máximo responsable haber obstaculizado e impedido la labor de la comisión parlamentaria creada para investigar la trama eólica, los pelotazos de
Sáez, Suárez-Quiñones, Del Olmo y De Santiago-Juárez |
Si personajes como Antonio Sáez, Juan Carlos “Pañuelitos” Suárez Quiñones o José Antonio “Pica” de Santiago-Juárez fueran ejecutivos de una empresa privada, hace mucho tiempo que habrían sido fulminantemente despedidos. Y no solo eso, la empresa les habría demandado por daños y perjuicios. Lo mismo que a la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, que solo con su ocurrencia del “céntimo sanitario” causó un perjuicio de decenas de millones de euros a las arcas de la comunidad. No les cuento ya la responsabilidad del presidente-CEO que les ha mantenido a todos ellos y a otros cuantos redomados incompetentes durante años y más años en sus respectivos cargos. Afortunadamente ya por muy poco tiempo.