Pese a disponer de mayoría absoluta -raspada, pero absoluta- más de año y medio ha tardado el gobierno de Alfonso Fernández Mañueco en dotarse de sus primeros Presupuestos. Con la excusa de que tampoco había nuevos Presupuestos Generales del Estado, incumplió en octubre de 2.019 su obligación estatutaria de presentar los de la Junta, optando por prorrogar las últimas cuentas aprobadas durante el mandato de Juan Vicente Herrera, que correspondían a 2018, ya que el anterior gobierno autonómico decidió asimismo pasar de presentar nuevo Presupuesto para 2.019.
Toda esta inhibición, por no decir pasotismo, de ambos gobiernos, el de Herrera y el de Mañueco, ha obligado a la Junta a afrontar la crisis sanitaria y financiera sobrevenida a causa del Covid con unas cuentas absolutamente desfasadas e insuficientes para dar respuesta a la pandemia. Esta lamentable precariedad, trampeada a base de los acostumbrados parcheos de la Hacienda autonómica, se subsana en parte, solo en parte, con los Presupuestos de 2021 aprobados por fin esta semana por el pleno de las Cortes.
Mañueco, Presupuestos en mano |
Unos Presupuestos que simplemente capean el
temporal y que parten del creciente lastre que supone el progresivo
endeudamiento de la comunidad, cuyo coste (amortización e intereses) se cifra
en 1.423 euros, nada menos que el 11,58 por ciento del total de los 12.291 millones
presupuestados. Solamente las consejerías de Sanidad (4.365 millones) y
Educación (2.360) cuentan con mayor dotación de lo que cuesta la deuda. Familia
(1.081) y todas las demás disponen de menos recursos de los que succiona un
endeudamiento que supera los 13.000 millones de euros, el 23 por ciento del PIB
regional.
Un procurador sospechosamente mimado por el PP.- Políticamente, los Presupuestos han salido adelante con un voto más de los 41 que suman PP y Ciudadanos, el aportado por Pedro J. Pascual, procurador de “Por Ávila” (XAV), el partido provincial creado a partir de una escisión del PP abulense. Dos de las únicas ocho enmiendas parciales aceptadas por la mayoría de gobierno, que ha aplicado el “rodillo” al resto de las cerca de 2.000 mantenidas por los grupos de oposición, procedían de este procurador abulense, al que el PP viene cortejando desde que empezó la legislatura.
Pedro J. Pascual, procurador de XAV |
Sea
como fuere, el PP viene siendo muy condescendiente con Pascual y ello a pesar
de que éste -médico destinado en el servicio de Urgencias del hospital
abulense- no se ha cortado nunca un pelo a la hora de juzgar la actuación de la
Junta respecto a la crisis sanitaria, económica y social originada por el
Covid-19. “No digan que han agotado el margen, pueden hacer más. Y no hagan
una Sanidad política, hagan política sanitaria”, le espetó
a Mañueco en la última comparecencia parlamentaria del presidente sobre la
pandemia. Y ello después de haber calificado de “parches, malos parches” las
medidas aplicadas por la Junta y de manifestar el hartazgo de los profesionales
sanitarios: “Están, estamos, hartos y muy
cansados, física y psicológicamente”.
En todo caso, la aprobación de los Presupuestos se daba por descontada y ha constituido un mero trámite en medio del paréntesis político abierto a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el adelanto de queda a las ocho de la tarde vigente en Castilla y León desde el pasado 16 de enero. En ese fallo del alto tribunal se juega mucho el presidente -responsable único de esa medida, adoptada en su condición de “Autoridad Delegada” para el estado de alarma- y todo su gobierno, especialmente, el vicepresidente Igea, acérrimo defensor de ese adelanto y de la maniobra política que ha conllevado.
.- Más allá de sus consecuencias prácticas, que
desde el minuto uno han sido irrelevantes en cuanto a la evolución
epidemiológica en nuestra comunidad, la resolución que dicte el Supremo no
admite término medio, equivale a lo que en términos taurinos se conoce como faena
de hule (enfermería) o puerta grande. Si avala la intrépida decisión de
Mañueco, éste pasará por ser el presidente de comunidad más aguerrido y audaz en
su lucha contra la pandemia, por mucho que la medida tuviera el espurio
objetivo de servir como maniobra de distracción y cortina de humo para desviar
la atención de los catastróficos efectos derivados de la irresponsable
estrategia de la Junta conducente a “salvar las Navidades”.Sede del Tribunal Supremo
Por el contrario, si el tribunal tumba la
medida, Mañueco, y con él Igea, van a salir muy desairados de su arriesgada
maniobra. Habrán restringido por las bravas, sin fundamento legal, un derecho
fundamental a la ciudadanía de Castilla y León, con el agravante de que será la
segunda vez que lo hacen, ya que en su día el Tribunal Superior de Justicia
desautorizó el toque de queda implantado igualmente por las bravas el pasado 24
de octubre, fecha en la que ni siquiera estaba decretado el estado de alarma
nacional. Y es muy probable que la Junta tenga que hacer frente a un aluvión de
reclamaciones legales de lucro cesante presentadas por los hosteleros y
comerciantes damnificados por una restricción aplicada sin base legal.
Naturalmente, Mañueco e Igea alegarán
-ya lo han venido haciendo, curándose en salud- que por encima de la legalidad conculcada
estaba el objetivo superior de "salvar vidas". Pero si de verdad se trataba de
salvar vidas, la Junta tenía en su mano toda una panoplia de medidas más
eficaces, sin ir más lejos las adoptadas por la Xunta de Galicia en todo su
territorio el pasado 26 de enero, similares a las que la Junta adoptaba una
semana después tan solo para 53 municipios que representaban el 7 por ciento de
la población de esta comunidad. Y aparte de socavar las bases del Estado de
Derecho, el argumento de “salvar vidas” es además completamente falaz, ya que,
si algo demuestran los datos, es que el adelanto del toque de queda no ha
tenido efecto alguno en la evolución epidemiológica de la comunidad.
"Prodigios" o la prodigiosa impostura de la Junta |
Si el Supremo tumba el adelanto del toque de
queda, Mañueco e Igea van a quedar aún más debilitados ante las direcciones
nacionales de sus respectivos partidos, aunque también es cierto que, por suerte para ellos, los
desastrosos resultados que se auguran a PP y Ciudadanos en las elecciones
catalanas, tampoco van a dejar en la mejor situación a Pablo Casado e Inés Arrimadas.