lunes, 17 de junio de 2013

No sabemos aguantar una broma

 Si no fuera porque sus decisiones nos traen por la calle de la amargura, habría que convenir que los de la "troika" no tienen sentido del ridículo. El problema es que sus continuas pifias y resbalones los pagamos todos menos ellos, que, pese a sus errores de bulto y los desperfectos ocasionados, siguen en sus puestos como si nada, dispuestos a seguir sacrificándose por nosotros. Además de incompetentes, no tienen un ápice de vergüenza. 



Reciente aun el desaguisado que originaron en Chipre, ahora reconocen que con Grecia se les fue la mano. Con Grecia, con Portugal, con Italia…  Y con España no hace falta que les cuente. Sus bromas vienen a ser como esas que contaba el inolvidable Miguel Gila que gastaban los de su pueblo. “Y encima se cabrean”, decían los  muy graciosos. “Pues si no saben aguantar una broma, que se vayan del pueblo”. Pues algo así. Con la diferencia de que las gracias las hacen unos forasteros a los que nadie ha invitado a la fiesta.

Luis de Guindos y Mario Draghi, presidente del BCE
 Cinco años después de reconocida la crisis, ni ellos ni los gobiernos de Zapatero y Rajoy han conseguido resolver uno de los problemas detectados el primer día: la falta de crédito bancario para que las empresas dispongan de la financiación imprescindible para funcionar. Y ello después de haber inyectado 40.000 millones de euros a sanear la banca y las arruinadas cajas de ahorro. 
Un saneamiento del que ni el Banco de España se acaba se acaba de fiar, al punto de que maneja la idea de realizar nuevos “test de estrés”, pero ahora por sorpresa. Amenazan con mandar hombres de negro que irrumpirán en las entidades bancarias sin avisar, como lo hacen los vampiros de la UCI en los domicilios o lugares de concentración de los ciclistas. Ellos mismos, que encima se creen graciosos, han utilizado el símil ciclista.

 Todo esto a la vez que Rajoy suplica públicamente a los bancos que abran el grifo del crédito, que vale ya de especular con el dinero que obtienen a bajísimo interés del Banco Central Europeo, una pasta gansa que destinan a otros fines para ellos mas lucrativos que los de financiar a las empresas y a los ciudadanos.

 Y mientras se ha abierto una tregua en la guerra del déficit, el lío de déficit asimétrico o a la carta, se ha conocido que España ha alcanzado en el primer trimestre un nuevo record de deuda pública: 922.800 millones de euros (el 88,8 por ciento del PIB). Y ojo a Castilla y León, donde la deuda está absolutamente desbocada. En un solo año ha pasado de 5.557 millones a 8.070, o sea, 2.513 millones más, lo que supone un incremento del 45,2 por ciento. ¿A cuanto ascienden los intereses que pagamos los castellanos y leoneses por tamaña deuda?

 
Sede del Royal Bank of Scotland
El año pasado la Junta se ufanó de no acogerse al Fondo de Liquidación Autonómica (FLA) y prefirió buscar financiación en los mercados financieros. Nos vendieron la moto de que saldría mas barato, con el sidecar de que el Royal Bank of Scotland había incluido a Castilla y León entre las cinco comunidades autónomas más recomendables para comprar deuda. Va a ser eso, que como nos la quitaban de las manos, no hemos parado de darle a la manivela de emitir…

 Lo único que sabemos es que el coste financiero de la deuda (intereses más amortizaciones) contemplado en los Presupuestos de la Comunidad para 2013 se eleva a 854 millones de euros, cantidad superior a la asignada a cualquiera de las consejerías de la Junta a excepción de las de Sanidad y Educación. Cantidad asimismo superior a los recortes presupuestarios (758 millones) acumulados en los tres últimos años por las consejerías de Sanidad, Educación y Familia. Y una cantidad muy superior, en torno al doble, del “suplemento presupuestario” del que podría disponer la Junta una vez se fije el nuevo techo de déficit de las comunidades autónomas, que en el escenario más favorable a Castilla y León estaría en torno a los 400 millones de euros.

¿Qué es lo que ha fallado aquí para que, a pesar de los drásticos recortes de gasto -el Presupuesto de la Junta en 2013 (9481 millones) está por debajo del aprobado en 2007 (9652)- la deuda pública se esté disparando?  Pues fundamentalmente dos cosas, ninguna de las cuales deja en buen lugar a la consejera Pilar del Olmo, quién está a punto de cumplir diez años en el cargo.

 
Del Olmo y Manzano, el director general de Tributos
De un lado, el déficit oculto en la propia Administración general de la comunidad, así como en su denominado “sector público”, que durante años ha maquillado el balance real de las cuentas autonómicas. Una ingeniería contable que ha quedado al descubierto a medida que el ministerio de Hacienda ha obligado a la comunidad a presentar sus cuentas reales. (Reciente está el desfase de 502 millones de euros detectado por el Consejo de Cuentas en su informe de fiscalización del ejercicio presupuestario de 2010).

 El otro factor es el desplome de la recaudación correspondiente a los tributos propios de la comunidad autónoma, que en 2012 cayó a 477 millones, menos de la mitad de lo recaudado en 2007 (974 millones). Ninguna de las nuevas figuras impositivas que se sacó de la manga la Junta el pasado año ha alcanzado las previsiones fijadas, así como tampoco el “centímazo” sanitario aplicado a los carburantes. El fiasco que este último ha supuesto y sigue suponiendo merece capítulo aparte.

Aparte de los estragos causados en el sector del transporte y de las gasolineras, la caída superior al 20 por ciento en las ventas de carburante provocará que lo recaudado sea a la postre muy inferior a lo que dejará de percibir Castilla y León cuando el Estado liquide la parte alícuota del IVA y del Impuesto de hidrocarburos. La broma es que por recaudar menos de 90 millones vamos a perder mas del doble. Tampoco es para tanto. El que no sepa aguantar esta y otras bromas similares, ya sabe lo que tiene que hacer: Irse a otra comunidad. Y no solo a repostar gasolina, como hacen algunos desamprensivos de algunas zonas periféricas...