Juan Vicente Herrera |
Pero no puedo entender el cheque en blanco hacia una amnistía fiscal encubierta y opaca, hacia leyes como la que ha desnaturalizado las instituciones de consulta y control de la comunidad, hacia una remodelación más que cosmética que otra cosa del llamado “sector público” o hacia una torticera “ordenación territorial” absolutamente intempestiva mientras no se clarifique el marco estatal. No lo entiendo salvo que detrás del cheque político en blanco haya otro cheque en sentido menos figurado.
El caso es que el debate de ayer le cogió al
PSOE en plena negociación con la
Junta, cuyo máximo afán en este momento es doblegar la
resistencia socialista a secundar la citada “ordenación territorial”. Y, claro,
mientras andan negociando no es cuestión de zurrarle la badana al presidente de
la Junta, por
muchos que sean los méritos contraídos para ello…
Óscar López |
La sesión se había abierto con una tediosa
intervención de casi dos horas en la que el presidente de la Junta se centró mas en
construir ese relato autojustificativo que en proponer alternativas y
soluciones para salir del marasmo en que se encuentra esta comunidad autónoma.
Pocas propuestas y de escaso calado como la de dedicar un millón de euros
-repito, la friolera de un millón de euros- para paliar el desempleo en las
cuencas mineras.
Por cierto que Herrera, en un notable ejercicio de funambulismo, se las arregló para dejar constancia de sus discrepancias con el gobierno Rajoy, pero pasando siempre de puntillas sobre ellas, ya fuera el problema del carbón, la “reforma local” de Montoro, los fondos para el desarrollo rural discutidos con Arias Cañete, la reforma de las Administraciones impulsada por Soraya Sáenz de Santamaría o la nota media para las becas.
Por cierto que Herrera, en un notable ejercicio de funambulismo, se las arregló para dejar constancia de sus discrepancias con el gobierno Rajoy, pero pasando siempre de puntillas sobre ellas, ya fuera el problema del carbón, la “reforma local” de Montoro, los fondos para el desarrollo rural discutidos con Arias Cañete, la reforma de las Administraciones impulsada por Soraya Sáenz de Santamaría o la nota media para las becas.
Con un PSOE lastrado por su querencia
pactista, el procurador de Izquierda Unida, José María González, disponía de una ocasión pintiparada para asumir
la centralidad del discurso de oposición. Oportunidad a mi juicio frustrada por
una intervención lineal y un tanto apocalíptica que añadió muy poco que ya no se conociera.
Su única aportación a la crítica de López radicó en su alusión al “desplome y
desaparición de las cajas de ahorro”, asunto que lógicamente había obviado el
portavoz socialista y sobre el que tampoco quiso darse por aludido Herrera.
Alejandro Valderas (UPL) y José Mª González (IU) |
Ante ello
el procurador de IU se mantuvo en sus trece y reivindicó la voz de la calle,
sondeada a través de la campaña “A Herrera le diría”, en la que ha recogido más
de 1.500 quejas o aspiraciones de otros tantos ciudadanos de las nueve provincias
de la comunidad.
Y un tanto
deslavazada resultó la intervención de procurador leonesista, Alejandro Valderas, quién, tras repasar, una a una, la actuación de cada
Consejería, se permitió primero sugerír la dimisión del presidente y después
recomendarle que haga una crisis de gobierno. Ni siquiera esto segundo parece
estar en el ánimo de Herrera, quien en ningún momento dio pábulo a la información
publicada ayer en ese sentido por un diario. Es más: en otro momento del
debate, y sin venir mucho a cuento, rechazó tajantemente la existencia de
“interinidad” alguna en la acción de gobierno de la
Junta. No sabe lo tranquilos que ello nos deja.
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