lunes, 14 de octubre de 2013

Menos mal que van bien las cosas...



 En el límite del plazo establecido por el Estatuto de Autonomía, la Junta presenta esta tarde su proyecto de Presupuestos de la Comunidad para 2014, sobre cuyas principales cifras apenas se ha adelantado dato alguno. Hace días la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, anunciaba algunos nuevos incentivos fiscales y otras medidas a incluir en la llamada Ley de Acompañamiento, esa especie de cajón de sastre que da cobertura a remiendos normativos de toda laya. Este año se aprovecha para liquidar ADE Parques Tecnológicos y Empresariales -con diferencia, la empresa mas ruinosa del llamado “sector publico” de la comunidad, con una deuda que ronda los 400 millones de euros- y el Instituto de la Juventud de Castilla y León.


Pilar del Olmo y Juan Vicente Herrera
 Pero nada ha trascendido sobre el plan presupuestario de la Junta para 2014, un año en el que el techo de déficit vuelve a ser el mismo (el 1 por ciento) para todas las comunidades autónomas. Ni siquiera sabemos si su cuantía será superior o inferior al de 2013, que inicialmente era de 9.481,6 millones, cifra que, tras el suplemento de 277,8 millones que ha permitido la revisión del techo de déficit, se ha incrementado hasta los 9.759,4.
 Veremos como evoluciona el gasto social y si hay margen para la inversión pública o, si como todo apunta, vuelven a ser unos presupuestos restrictivos en la senda del ajuste iniciado en 2010. A tenor del techo de gasto aprobado a primeros de septiembre, que conlleva un retroceso de 112 millones respecto a 2013, no parece que los próximos Presupuestos de la Comunidad vayan a estimular la recuperación económica y la creación de empleo. En cuestión de horas saldremos de dudas.

 A expensas de los Presupuestos -a fin de cuentas unas previsiones de ingresos y gastos que permiten a los gobiernos todo tipo de recreación virtual- lo verdaderamente preocupante es la sucesión de datos estadísticos que indican que en Castilla y León la crisis no parece haber tocado fondo .
Begoña Hernández y Tomás Villanueva
 En lo que va de 2013, el Índice de Producción Industrial ha caído en esta comunidad un 8,9 por ciento frente al 3,2 por ciento que lo ha hecho en el conjunto nacional, dato solamente empeorado por Andalucía, donde el retroceso es del 9 por ciento. Pero no solo producimos menos (y mejor no pensar lo que hubiera sido sin el plan industrial de apoyo a Renault). Al mismo tiempo se ha desplomado la demanda interna y en el primer semestre del año el comercio interior se ha reducido en un 15,4 por ciento respecto al mismo periodo de 2012, casi 10 puntos mas que en el conjunto de España.

La caída de ventas se cifra en 4.141 millones de euros. ¿Se va a corregir esta situación a través de la liberalización de los horarios comerciales que se avecina con plena complicidad de la Junta? Más bien parece que el resultado de esa barra libre a los grandes centros comerciales sea la desaparición de puestos de trabajo -por cuenta ajena y autónomos- en el comercio tradicional. Destrucción de empleo estable sustituido en el mejor de los casos por contratos-basura en las grandes superficies.

Parados ante una oficina del ECYL
 El último dato sobre paro registrado, referido al 30 de septiembre, ha sido especialmente negativo para Castilla y León, con un incremento del 2,55 por ciento frente al 0,54 del conjunto de España. Después de Cataluña, ha sido la segunda comunidad que más desempleados, 5.812, ha registrado el pasado mes, elevando a a 233.799  el número total de inscritos en las oficinas del ECyL. Y paralelamente, 4.582 afiliados menos a la Seguridad Social. Un pésimo dato justificado por la viceconsejera de Economía, Begoña Hernández, con el peregrino argumento de que el verano es más corto en Castilla y León que en otras comunidades...

 Mientras tanto, el cacareado apoyo del gobierno Rajoy a los “emprendedores” no se traduce en ningún repunte en el número de trabajadores autónomos en Castilla y León, que sigue estancado ligeramente por encima de los 200.000 (201.691 en septiembre), casi un 10 por ciento menos de los 223.196 que se contabilizaban en mayo de 2008.

Con el PIB en encefalograma plano (y ello gracias al peso de la buena cosecha cerealista) la anterior sucesión de datos -acogida con pasmosa indolencia por el consejero de Economía, Tomás Villanueva-  viene a constatar la tesis según la cual la crisis llegó a Castilla y León más tarde que a otras comunidades, un retraso en la llegada que vamos a arrastrar también en la salida. Máxime si en lugar de haber hecho los deberes adecuados, se mantienen medidas erróneas que han contribuido a deprimir aun más nuestra actividad económica. Y voy aquí con el último dato estadístico conocido estos días, el que confirma el desplome del consumo de carburantes despachados en las gasolineras de Castilla y León.

El "centímazo", un tiro en el pie de todos los castellano-leoneses
 En el primer semestre del año la venta de gasóleo cayó en un 14,4 por ciento y la de gasolina 95 en un 12,4, retroceso que no tiene parangón en ninguna otra comunidad y del que se están beneficiando comunidades limítrofes como La Rioja y el País Vasco, donde la venta de gasolina incluso ha aumentado.
 Consecuencia nefasta del “céntímazo sanitario”, cuya aplicación ha conllevado perjuicios infinitamente superiores a los 88,6 millones de euros recaudados en 2012, que ni siquiera suponen el 3 por ciento del presupuesto de la Consejería de Sanidad. Y ello sin contar la merma que sufrirá la propia Junta cuando reciba del ministerio de Hacienda las liquidaciones correspondientes al 58 por ciento del Impuesto Especial de Hidrocarburos.
 Un tiro en el pie de todos los castellanos y leoneses que Juan Vicente Herrera se obstina en mantener, sin otra explicación aparente que la de no desautorizar a la consejera Del Olmo, la impulsora de tan desdichada medida.

Menos mal  que dicen que en Castilla y León las cosas van mejor que en otras comunidades. No quiero imaginar lo que sería si fueran peor... 

elblogdepedrovicente@gmail.com 14-10-2013