En algo
vamos avanzando. Esa vez no ha sido un discurso-ladrillo de dos horas el que ha
abierto el debate sobre el estado de la comunidad. A Juan Vicente Herrera le bastaron ayer 95 minutos de tirón para
tratar de convencernos de que lo peor de la crisis ha pasado y de que estamos
saliendo ya del túnel. Y además salimos habiendo mantenido prácticamente
intacta, si es que no la hemos mejorado, la Sanidad , lo mismo que la Educación , la Dependencia y demás
servicios públicos que presta la Junta. Todo
un prodigio después de cuatro años reduciendo el “gasto social”, que en 2014 es
inferior en 810 millones al presupuestado en 2010.
Juan Vicetne Herrera |
A Óscar
López se le pueden achacar muchas cosas, y aquí lo hacemos, pero nadie le
puede discutir su dominio de la escena parlamentaria. Ayer volvió a demostrarlo
dando la vuelta a un debate que tenía muy cuesta arriba. El año pasado
consiguió descolocar a Herrera al plasmar los efectos de la crisis a través de
una serie de casos personalizados con nombres y apellidos. Este año, además de
repasar esos mismos casos -todos los cuales han seguido igual, excepto el del
afectado por el cierre de las guardias médicas nocturnas- se sacó de la
chistera un conjunto de propuestas de regeneración democrática que puso en un
auténtico brete al presidente de la
Junta.
Óscar López |
Pero ayer no pudo hacerlo y López conocía la razón: Esas mismas medidas fueron defendidas por el audaz consejero de
Así que Herrera salió del trance como
malamente pudo, llegando a decir -él, que lleva 13 años de presidente- que no
le parece mal la limitación a dos mandatos (ocho años). Naturalmente, sin
comprometerse a nada. Y mostrando una flaca memoria en relación con otra de las
medidas propuestas por López: la renuncia al aforamiento de los
procuradores. Herrera dijo no recordar que dicho aforamiento se haya aplicado alguna
vez en Castilla y León, y, que uno recuerde ha surtido efecto al menos en
cuatro ocasiones, las dos últimas con protagonistas que no le son nada ajenos: el
ex consejero de Fomento y ex presidente de las Cortes, José Manuel Fernández
Santiago, en relación con una pieza separada del caso Gürtel, y la ex vicepresidenta de la Junta y ex consejera de
Medio Ambiente, María Jesús Ruíz, en
relación con el caso de Las Navas del Marqués.
La finta de López sobre la regeneración
democrática dejó tocado a Herrera, cuyo gran argumento para justificar los
recortes sociales en Castilla volvió a ser que han sido mucho mayores en
Andalucía. ¿Es que acaso, de ser cierto, ello debe consolarnos? López remató su
puesta en escena haciéndose la victima al tomarse como una alusión personal la referencia de Herrera a su estado “desesperanzado”. Fue una clara
sobreactuación que le sirvió para recordar al presidente que en “política la
soberbia y la prepotencia son malas consejeras” y “que mal tiene que estar usted
para entrar en lo personal”.
José María González |
El procurador de IU, José María González,
acudía pertrechado de las 2.135 quejas y propuestas recogidas en la
campaña “A Herrera le diría”, con la que ha recorrido la comunidad en las
últimas semanas. Y Herrera lo que le dijo es que no duplicara el papel que le
corresponde al Procurador del Común y que por ese procedimiento no acepta que
se impugne la política de la
Junta. “Es desalentador comprobar que hemos vuelto al España va bien, seguido del Castilla y
León va ir mejor”, dijo González que calificó de un insulto a la
inteligencia la visión de la comunidad ofrecida por el presidente del gobierno autonómico. Ante lo cual Herrera
le acusó de actuar con un “apriorismo ideológico” y de defender un modelo
“estatista e intervencionista” propio de la antigua Unión Soviética o del
régimen cubano, a los que atribuyó la exclusiva de una banca publica que a
fecha de hoy funciona con éxito en países tan poco “totalitarios” como Canadá,
Finlandia, Chile o Brasíl.
Alejandro Valderas |
Lo que sorprendió fue que a Valderas le bastara coger la edición de ayer del “Diario de León” y repasarla desde el atríl para ilustrar el panorama que pinta por el viejo Reino. Fue el último descoloque sufrido por Herrera, que no tuvo otra salida que la de agradecer una “reseña periodística” que reflejaba una realidad muy alejada de la que él percibe desde el colegio de