Oficialmente el PP se había dedicado a
minimizar el fuerte castigo electoral sufrido en las pasadas elecciones
europeas, achacándolo básicamente a la abstención de los suyos. Al mismo tiempo,
su argumentario hacía hincapié en que los resultados de unos comicios europeos
no pueden extrapolarse a otro tipo de
elecciones. Pero lo cierto es que, de puertas hacia adentro, en la calle Génova
el 25 de mayo disparó las alarmas ante el desgaste sufrido por el partido a un
año de las elecciones municipales y autonómicas.
No hace falta pagar la morterada que le
factura su sociólogo de cabecera, el clarividente Pedro Arriola, para llegar a la conclusión de que, si no consigue
congraciarse con el electorado defraudado, el PP perderá en 2015 una buena
cuota de su poder territorial.
Está en serio riesgo la mayoría con la que
cuenta en muchos e importantes ayuntamientos y puede perder determinados gobiernos autonómicos (por mas alarmismo que
propaguen los interesados promotores de la campaña “Juanvi, quedáte”, no sería
el caso de Castilla y León, donde tendría que ocurrir un cataclismo para que el
PP, con Herrera o sin él, perdiera la Junta ).
Cristóbal Montoro |
Y la reacción no se ha hecho esperar. Mientras
el PSOE intenta salir del marasmo en el que se encuentra, el gobierno de Mariano Rajoy ha lanzado a bombo
platillo su gran reclamo para recuperar al votante perdido: unas futuras rebajas
en el Impuesto sobre la Renta
y en el de Sociedades.
No es ni por asomo la gran reforma fiscal que necesitaríala Hacienda
pública española para recaudar más y de forma más equitativa. Ni se revisa en
su conjunto una fiscalidad que hace recaer el peso de la carga tributaria sobre
las rentas del trabajo (IRPF), ni se impulsa la lucha contra el gigantesco
fraude fiscal, no vayamos a pisar esos callos. Todo se limita a una rebaja
puntual en esos dos impuestos con la que se pretende que el ciudadano se de por
compensado ante el expolio sufrido en los tres primeros años de gobierno Rajoy.
No es ni por asomo la gran reforma fiscal que necesitaría
Está por ver -hay mucha letra pequeña que dilucidar- si esas rebajas compensaran las subidas en esos mismos impuestos
aprobadas por el actual gobierno. Pero todo se quedaría en eso. La subida del
IVA y demás impuestos indirectos, los copagos y los recortes en las
prestaciones sociales no tienen marcha atrás y han contribuido mucho más que
la subida del IRPF a deteriorar el poder adquisitivo de los españoles. De la reducción
de salarios que ha provocado la reforma laboral, ya ni hablamos.
Protesta contra los recortes en Educación |
Pese a lo cual a la Junta de Castilla y León le ha bastado que Cristóbal Montoro “compense” esa merma con un incremento en los anticipos de 2015 para abrazar unas medidas que acabarán agudizando aun más el desequilibrio financiero de esta comunidad autónoma. Y lo que es mas grave: la “reforma fiscal” del gobierno deja automáticamente aparcada la revisión del modelo de financiación autonómica, ese al que
El
pasado miércoles, en el cansino discurso que abrió el debate sobre el estado de
la comunidad, Juan Vicente Herrera, no ahorró calificativos para deplorar el actual modelo: “Oscuro y falto de transparencia (…), rígido
y desleal, perjudicial para Castilla y León frente al modelo precedente (…),
incapaz de aportar los recursos
adicionales prometidos”. “Y sobre
todo -remachó- insuficiente para
financiar los grandes servicios públicos”, señalando que en 2014 ha
supuesto un desfase de 440 millones de euros sobre el gasto de las consejerías
de Sanidad, Educación y Familia.
Pues bien, 24 horas mas tarde, la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, acudía a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera y apoyaba sin reservas una “reforma fiscal”, que, además de detraer ingresos a las arcas autonómicas, aplaza “sine die” la reforma de ese modelo de financiación tan lesivo para la comunidad de Castilla y León.
Pues bien, 24 horas mas tarde, la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, acudía a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera y apoyaba sin reservas una “reforma fiscal”, que, además de detraer ingresos a las arcas autonómicas, aplaza “sine die” la reforma de ese modelo de financiación tan lesivo para la comunidad de Castilla y León.
Después de haberse pasado todo lo que va de legislatura sin parar de despotricar contra Montoro, llegada la hora de la verdad “Los 3 Sudamericanos” se tragan este sapo con la misma facilidad con que
ingirieron el de la “reforma local”. Toca cerrar filas con la estrategia
electoral del partido, supeditada además a intentar salvar los muebles en las
próximas elecciones municipales y autonómicas. Así que les toca tragar con lo que les
echen.
Pilar del Olmo, consejera de Hacienda |
No
hace mucho la consejera Del Olmo aseguraba que venía trabajando en una serie de
medidas para aumentar la recaudación sin subir los impuestos propios de la
comunidad. “Hay otras formas de
incrementar los ingresos sin necesidad
de elevar los tributos”, decía. Ardo en deseos de conocer tamaño prodigio.
Entretanto, mucho es de temer que la fórmula para contrarrestar el desplome de
la recaudación y el desequilibrio presupuestario sea la de siempre: emitir
cuanta deuda pública sea necesaria para cuadrar las cuentas.
Por el momento vamos por los 9.355 millones de euros, que son el 17,5 por ciento del PIB regional, casi el triple que hace cinco años. Pero como otras comunidades están por encima y los intereses están a la baja, o mucho me equivoco o seguiremos engordando una bola de nieve que en 2014 se ha comido la friolera de 1,360 millones, mas del 13 por ciento del Presupuesto dela Comunidad. Y
el que venga atrás que arree…
Por el momento vamos por los 9.355 millones de euros, que son el 17,5 por ciento del PIB regional, casi el triple que hace cinco años. Pero como otras comunidades están por encima y los intereses están a la baja, o mucho me equivoco o seguiremos engordando una bola de nieve que en 2014 se ha comido la friolera de 1,360 millones, mas del 13 por ciento del Presupuesto de