A priori, del debate parlamentario sobre el
estado de la comunidad nunca ha cabido esperar gran cosa. De entrada, su
formato, totalmente desequilibrado a favor del presidente de la Junta , le concede a Juan Vicente Herrera todo tipo de
ventajas reglamentarias sobre la oposición. (Además de soltarse un
discurso-ladrillo de dos horas que suele resultar soporífero, puede replicar y contrarreplicar
cuanto le venga en gana y sin límite de tiempo, teniendo siempre la última
palabra). Y si encima los socialistas de Castilla y León llegan al trance en
pleno cisma, ya me contarán el panorama que pinta ante el debate del
próximo miércoles.
Juan Vicente Herrera |
Asegura la propaganda oficial difundida desde la
“factoría de ficción” que Herrera comparece en este debate habiendo cumplido el
95 por ciento de los compromisos contraídos hace un año. Naturalmente,
entre esos compromisos no estaba el de seguir reduciendo -por cuarto año
consecutivo- el gasto social, deteriorando todavía más la calidad de unos
servicios públicos (Sanidad. Educación, Dependencia, etc.) que no han hecho otra
cosa que degradarse desde 2011.
Aparte de otros manifiestos fracasos que luego
reseñaremos, Herrera llega a este debate habiendo incumplido flagrantemente el
principal compromiso contraído en su discurso de investidura:
Promover un gran pacto de comunidad para blindar la Sanidad , la Educación y demás
servicios esenciales que presta la comunidad autónoma. Nunca quiso saber
nada de ese compromiso y, tan pronto como ganó las elecciones Mariano Rajoy, se puso
manos a la obra a recortar todo lo recortable y más.
Oscar López , portavoz del PSOE |
Ahí están las listas de espera del SACYL, el cierre estival de más de 900 camas hospitalarias –incluso en zonas que aumentan de población en
verano- o ese plan de reordenación de la atención primaria que parchea las
plantillas de los ambulatorios urbanos a costa precarizar la sanidad rural.
Recortes que en el caso de la
Sanidad son especialmente sangrantes al coexistir con la
onerosa hipoteca que supone la concesión del
Hospital de Burgos, cuyo “rescate” puede ser que no tarde en producirse y no
precisamente por voluntad de la
Junta.
Ahí están los 1.680 universitarios que, pese a reunir los requisitos, se han
quedado sin beca, el espectacular incremento de las tasas universitarias o la drástica
reducción de las ayudas para adquirír los libros de texto. No hablemos
de los recortes en las ayudas a la Dependencia , que en algunos casos han llegado a
alcanzar el 90 por ciento.
Todo ello, junto a una tasa de paro que, según
la última EPA, se mantiene en el 22,21 por ciento (mas de 250.000 parados, de
los cuales cerca de 115.000 carecen de prestación alguna), ha contribuido a
extremar la desigualdad social, al punto de colocar al 21 por ciento de los
castellanos y leoneses en el umbral de la pobreza y la exclusión social.
En el caso de la población infantil, UNICEF ha elevado esa tasa al 24,9 y sólo la Junta sabe, una vez que se
ha negado a mantener abrir comedores escolares en verano, como piensa
garantizar que ningún solo menor pase hambre hasta que comience el próximo
curso.
Alejandro Valderas (UPL) y José María González (IU) |
En cuanto a fracasos, pocos tan clamorosos
como el de la Agenda
de la Población ,
desde cuya puesta en marcha (año 2010) Castilla y León ha perdido 43.646
habitantes, sin contar los que se habrán esfumado a lo largo de 2013. Una
sangría demográfica que difícilmente se va a atajar a base de publicitar
medidas y más medidas sin dotación presupuestaria alguna. Una de las que podía ser eficaces era el Plan de Convergencia Interior,
que, sin embargo, ha sido abandonado, incumpliendo de paso el mandato
estatutario que encomendaba al mismo la corrección de los
desequilibrios territoriales internos.
Y si hacemos balance del último año,
habrá que incluir, entre los nuevos revolcones judiciales, dos de marca mayor y
cuantía no menor: el del “centímazo sanitario” y el de la Ciudad del Medio Ambiente
de Soria, fiascos por los que nadie ha tenido a bien asumir la menor
responsabilidad.
Todo ello mientras las arcas autonómicas siguen tapando los agujeros del desplome de la recaudación a base de seguir engordando la bola de nieve de la deuda pública de la comunidad, que ha crecido un 15,9 por ciento en el último año. Hace cinco años esa deuda era de 3.227 millones y equivalía al 5,90 por ciento del PIB regional. Ahora anda por los 9.355, el 17,5 del PIB. Y lo sabemos gracias a que este es uno de los pocos datos que Pilar del Olmo, la consejera de Hacienda, especialista en artificios contables y presupuestarios continuamente detectados por el Consejo de Cuentas, no puede camuflar.
Imagen de una sesión plenaria en el "mausoleo" |
Todo ello mientras las arcas autonómicas siguen tapando los agujeros del desplome de la recaudación a base de seguir engordando la bola de nieve de la deuda pública de la comunidad, que ha crecido un 15,9 por ciento en el último año. Hace cinco años esa deuda era de 3.227 millones y equivalía al 5,90 por ciento del PIB regional. Ahora anda por los 9.355, el 17,5 del PIB. Y lo sabemos gracias a que este es uno de los pocos datos que Pilar del Olmo, la consejera de Hacienda, especialista en artificios contables y presupuestarios continuamente detectados por el Consejo de Cuentas, no puede camuflar.
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