A
menos de seis meses de las próximas elecciones municipales y
autonómicas -el mismo día también se eligen eurodiputados, pero eso
es ahora lo de menos- las urnas andaluzas han sacudido abruptamente
el tablero de la política española. Aunque el retroceso del PSOE y
la irrupción de Vox, extrema derecha pura y dura, eran más que
previsibles, nada hacía sospechar que ambos fenómenos alcanzaran
suficiente dimensión como para propiciar un vuelco político en el
feudo socialista por excelencia.
Susana Díaz y Pedro Sánchez |
Quien
mas quien menos pensaba que el retroceso socialista se vería
amortiguado por el avance electoral de la marca compartida por
Podemos e IU, de suerte que la suma de la izquierda alcanzaría sin
aprietos la mayoría absoluta. No entraba dentro de lo previsto que
dicha marca sufriera el mismo descalabro que el PSOE, como tampoco
que una derecha fraccionada en tres opciones fuera a superar en
votos y escaños a la izquierda andaluza. Pero la realidad es que PP,
Ciudadanos y Vox han sumado alrededor de 1.800.000 votos y 59 escaños
mientras que PSOE, Podemos e IU, que en 2015 superaron los dos
millones de votos, han perdido el pasado domingo mas de 700.000,
cayendo de 67 (47 + 20) a 50 escaños (34 + 17).
Siendo
cierto que no cabe extrapolar automáticamente los resultados de unas
elecciones autonómicas a otros comicios de diferente ámbito, s
innegable que en esta ocasión el voto de los andaluces ha respondido
en buena medida a factores políticos de alcance estatal, entre otros
sin duda la reacción “patriótica” desencadenada por el “procés”
catalán en el resto de España. Solo así se explica que un partido
de ultraderecha que ha comparecido sin programa autonómico y con
candidatos completamente desconocidos haya recolectado alrededor de
400.00 votos. A ello se ha añadido el empeño de Pablo
Casado
y Albert Rivera
de librar en el albero andaluz una suerte de batalla por el liderazgo
de la derecha española, que asimismo ha contribuido a esa dimensión
nacional de las elecciones del pasado domingo.
Así
las cosas, a tenor del equilibrio de fuerzas y visto que
el PP y Ciudadanos no le hacen ningún asco a pactar con un partido de ultraderecha, en principio lo
mas probable es que el candidato de los populares, el endeble Juan
Manuel Moreno Bonilla,
sea, con el apoyo de los otros dos partidos, el llamado a suceder a
Susana Díaz
al frente el gobierno andaluz.
Esa sola expectativa ya ha
servido para enmascarar el notable revés sufrido por el mencionado Moreno Bonilla y por Pablo
Casado,
omnipresente en la campaña andaluza, que han firmado al alimón el
peor resultado cosechado por el PP en Andalucía desde 1.990.
Porque por mucho que traten de disfrazarlo, el hecho es que los populares han perdido siete escaños y más de 300.000 votos respecto a los anteriores comicios andaluces. (Resulta por ello de traca oir a la consejera portavoz de la Junta, Milagros Marcos, felicitarse por el “efecto Casado”. ¡Pues menudo “efecto”...!)
Albert Rivera y Pablo Casado |
Porque por mucho que traten de disfrazarlo, el hecho es que los populares han perdido siete escaños y más de 300.000 votos respecto a los anteriores comicios andaluces. (Resulta por ello de traca oir a la consejera portavoz de la Junta, Milagros Marcos, felicitarse por el “efecto Casado”. ¡Pues menudo “efecto”...!)
La
realidad es que los dos únicos partidos que salen reforzados del
trance andaluz son Ciudadanos, que, pese a no “sorpasar” al PP,
ha pasado de 9 a 21 escaños, duplicando casi sus votos, y por
supuesto Vox, que partiendo de la nada, ha recolectado alrededor de
400.000 votos. Ellos, y no precisamente el PP, son los que han
propiciado el vuelco político en Andalucía.
Nuevo escenario en Castilla y León.- Tras esta sacudida política en Andalucía,, resulta obligado revisar las expectativas
de voto en el conjunto de España y especialmente en las 13
comunidades autónomas que celebran elecciones autonómicas a finales
de mayo. En Castilla y León, el último sondeo electoral de ámbito
autonómico, encargado a Sigma Dos por la agencia Ical, data del
pasado mes de julio.
Dicho sondeo vaticinaba ya un fuerte retroceso del PP, que perdería entre 10 y 11 de sus 42 procuradores actuales, manteniendo entre 31 y 32. El gran beneficiado de ese desplome sería Ciudadanos, que pasaría de 5 a 17 escaños, en tanto que el PSOE conservaría sus 25 o como mucho ganaría uno más y la eventual alianza Podemos-IU vería reducida su actual representación de 11 escaños (10 + 1) a una horquilla entre 6 y 8.
Dicho sondeo vaticinaba ya un fuerte retroceso del PP, que perdería entre 10 y 11 de sus 42 procuradores actuales, manteniendo entre 31 y 32. El gran beneficiado de ese desplome sería Ciudadanos, que pasaría de 5 a 17 escaños, en tanto que el PSOE conservaría sus 25 o como mucho ganaría uno más y la eventual alianza Podemos-IU vería reducida su actual representación de 11 escaños (10 + 1) a una horquilla entre 6 y 8.
Visto
lo ocurrido en Andalucía, parece cantado que Vox irrumpirá en las
próximas Cortes de Castilla y León, aunque es dificil que lo haga
con la misma magnitud y papel determinante. En todo caso obtendrá
representación y lo normal es que lo haga a costa de debilitar aún
más al PP, que se expone así a sufrir un auténtico descalabro. Y otra
cuestión a considerar: el hecho de que Ciudadanos pueda prestarse
al pacto tripartito de la derecha andaluza no presupone que esa misma alianza vaya a reproducirse
mecánicamente en Castilla y León.
Santiago Abascal, líder de Vox |
elblogdepedrovicente@gmail.com