Aunque
muchos, entre los que me incluyo, no dimos crédito al rumor que empezó a
circular nada más dimitir de sus cargos y anunciar su baja en el Partido
Popular, lo cierto es que cuatro días después Silvia Clemente es la candidata
bendecida por la dirección nacional de Ciudadanos para encarnar el cartel
electoral naranja en las elecciones autonómicas del 26 de mayo. Desde mediodía
del jueves, cuando la hasta entonces presidenta de las Cortes rompía
públicamente con el partido en el que ha militado durante más de 20 años, los
acontecimientos se han sucedido de forma vertiginosa.
José Manuel Villegas y Silvia Clemente |
El diputado vallisoletano, muy crítico con el perfil y trayectoria de la ex presidenta de las Cortes, sabía que ésta disponía
de suficientes apoyos en la cúpula de Ciudadanos para que la Ejecutiva nacional
avalara esa misma tarde, como de hecho así sucedió, la participación de la
política segoviana en las primarias autonómicas en calidad de independiente.
Pero el paso dado por Igea, que renunciaba con ello a la opción de repetir como
diputado del Congreso, no perturbó el compromiso contraído con Clemente por el
secretario general del partido, José
Manuel Villegas, previa intermediación de Pablo Yáñez, el interlocutor
presente en la famosa foto del bar de Delicias.
Francisco Igea (derecha) y Manuel Mitadiel (centro) |
El número dos del partido compareció junto a ella ante los medios de comunicación en presencia, además, de cuatro de los cinco procuradores de Ciudadanos en las Cortes -la excepción fue el leonés Manuel Mitadiel, que el domingo arropó la candidatura de Igea-, del delegado territorial (máximo cargo orgánico en Castilla y León), Miguel Ángel González, y de la coordinadora territorial, la concejala del ayuntamiento de Valladolid y diputada provincial, Pilar Vicente.
Todo un espaldarazo del aparato naranja a la ex presidenta de las Cortes -hasta cuatro días antes afiliada al PP- frente a la pugna a librar con el único diputado del Congreso con que cuenta Ciudadanos en Castilla y León y miembro, junto a Fuentes y Yáñez, del máximo órgano de dirección de la formación que preside Albert Ribera.
Hasta el segundo fin de semana de marzo no se
sabrá quien resulta ganador de unas sorprendentes primarias que han despertado
de su letargo a la formación naranja en Castilla y León. Salvo que la
militancia actúe a la contra de la dirección, algo harto improbable en vísperas
de elecciones generales, autonómicas y municipales en el seno de un partido en
el que predomina la avidez por pillar cargo público, lo más probable es que
Clemente se alce con la candidatura a la presidencia de la
Junta.
Y las consecuencias de ello pueden
ser letales para las aspiraciones del candidato del PP a heredar
el despacho que sigue ocupando Juan
Vicente Herrera en el Colegio de la Asunción (no sé si en el lote entraría el piso
que le pagamos los contribuyentes en la Acera de Recoletos o Alfonso Fernández Mañueco optaría por seguir pernoctando en
Salamanca).
Luis Tudanca |
Y exactamente las mismas razones con las que Ciudadanos ha justificado el pacto en Andalucía -desalojar a un gobierno que lleva décadas aferrado al poder a base de fomentar el clientelismo y amparar la corrupción- conducen, en aras de la regeneración política, a apostar por la alternancia política en Castilla y León pactando con los socialistas liderados por Luis Tudanca el próximo gobierno de la comunidad.
Si dicha apuesta la mantendría con toda seguridad Francisco Igea, no digamos si la candidata y en consecuencia jefa de filas de los procuradores naranjas electos el 26-M, es Silvia Clemente, la misma que el pasado jueves colmó de encendidos “piropos” a Fernández Mañueco.
Así las
cosas, descartado aquí a priori un pacto a la andaluza, las opciones de futuro
respecto a la Junta
se reducen básicamente a dos. Si el PSOE y Ciudadanos logran sumar los 41
procuradores necesarios, el PP se verá relegado a la oposición después de 32
años gobernando esta comunidad. Su única salvación sería que, sumados sus
escaños a los obtenidos por Vox, alcancen esa misma mayoría o que, en su
defecto, puedan completarla con alguno de los procuradores sueltos que pudieran
recalar en el próximo grupo mixto (el de la UPL o el que puedan conseguir las formaciones
provinciales nutridas en Soria y Ávila a partir de escisiones del PP).
Todo ello permite afirmar que, después de esos 32 años en los que José María Aznar, Jesús Posada, Juan José Lucas y Juan Vicente Herrera se han sucedido al frente dela
Junta , la alternancia política en el gobierno de Castilla y
León ha dejado de ser una quimera.
Todo ello permite afirmar que, después de esos 32 años en los que José María Aznar, Jesús Posada, Juan José Lucas y Juan Vicente Herrera se han sucedido al frente de