A partir
del “efecto Ayuso”, que Génova se ha atribuido como logro propio -del
desastroso resultado de las elecciones catalanas el responsable fue el maestro
armero-, desde su séptima planta se ha construido el mantra del cambio de ciclo
político que más pronto que tarde llevará a Pablo Casado a La Moncloa. Y ello conlleva un giro estratégico
dentro del partido consistente en evitar por todos los medios desavenencias y broncas
que denoten cualquier división interna. Se considera fundamental transmitir una
imagen de unidad de cara a ese gran objetivo de desbancar a Pedro Sánchez y su gobierno
“socialcomunista”. Da igual que esa
impostada imagen de unidad sea más falsa que una moneda de tres euros. Hay que
mostrarse como una piña y punto.
García Egea y Fernández Mañueco: ¿Amigos para siempre? |
Siguiendo las instrucciones de su jefe, Egea ha venido impulsando desde Génova una operación conducente a socavar el liderazgo de Fernández Mañueco en el PP de Castilla y León. La estrategia consistía y consiste en decantar los congresos provinciales del lado de la dirección nacional, diezmando así el poder interno del actual presidente, que quedaría al pairo en el siguiente congreso autonómico. Casado nunca ha perdonado que en la batalla por suceder a Mariano Rajoy, Mañueco, luego de traicionar sin ningún miramiento a su gran valedora, María Dolores de Cospedal, se volcara, arrastrado por su compadre Fernando Martínez Maillo, a favor de Soraya Sáez de Santamaría. Y en su estrategia estaba derrotarle en el próximo congreso del PP de Castilla y León y postergarle como candidato a la presidencia de la Junta en las elecciones autonómicas de 2023.
Ibáñez y Quiñones, dos consejeros disponibles |
Sería el caso en Salamanca de Julio López Revuelta, el director de
Comunicación de la Junta, en absoluto equidistante entre el actual presidente
provincial, Javier Iglesias, y el
acéfalo sector “díscolo” alentado por el propio Egea. Obviamente, se trataría
de una concesión a Mañueco, a condición, eso sí, de integrar en la nueva
dirección provincial al sector del PP salmantino afín a Génova.
En León, la pugna entre los dos alcaldes con
aspiraciones a dar el salto a la presidencia provincial, Javier Santiago (Almanza) y Manuel
García (Villaquilambre), casadista uno y mañuequista el otro, pudiera
propiciar una “tercera vía” encarnada por el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones. No fue
casualidad que Suarez-Quiñones, juez en excedencia, se afiliara al partido el
pasado mes de diciembre.
Por el
contrario, en Burgos, donde se perfilaba una tercera vía de verdad en la figura
de Borja Suárez, vicepresidente de
la Diputación, el panorama se ha enrarecido últimamente con movimientos tan
nerviosos como el del consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, quien anda postulándose como candidato.
Pinacho y Buxadé, a la puerta de las Cortes |
Orillada la negociación que mantenía con el
Partido por Ávila, el PP ha emprendido otra con la formación ultraderechista, a
fin de que su única procuradora, Fátima
Pinacho, proporcione estabilidad al gobierno Mañueco. Según ha confirmado
“La trastienda” en fuentes próximas al partido ultra, el portavoz popular en
las Cortes, Raúl de la Hoz, está
negociando dicho apoyo con Jorge Buxadé,
el vicepresidente de Vox responsable del Área Política de la formación.
La primera prestación planteada por De la Hoz
es que Pinacho secunde el veto del PP y C´s a la comisión de investigación
sobre lo ocurrido en las residencias de ancianos, lo que daría al traste con la
iniciativa, que ya consiguieron tumbar en diciembre, cuando ambos partidos
disponían de la mayoría absoluta imprescindible para ello. El plazo para
anunciar la oposición a dicha comisión finaliza este miércoles. Si el PP y C´s
formalizan su veto lo harán en la confianza de que Vox se sume al mismo en la
votación a llevar cabo en el siguiente pleno de las Cortes. En caso contrario,
se abstendrían de oponerse para ahorrarse esa derrota parlamentaria. Atención a
la jugada.
(Publicado en elDiario.es Castilla y León)