lunes, 29 de abril de 2013

De mal en peor


 El “viernes de dolores” con el que el gobierno de Mariano Rajoy ha certificado el fracaso más absoluto de sus políticas austericidas -que, sin embargo, se obstina en mantener con nuevas recetas que son mas de lo mismo- ha estado precedido en Castilla y León por dos datos demoledores. El primero de ellos es que, por cuarto año consecutivo, en 2012 esta comunidad autónoma ha vuelto a perder población; y esta vez en muchísima mayor proporción que en los tres años precedentes: 30.605 habitantes, el 1,2 por ciento de su censo. El segundo es que la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2013 ha disparado la tasa regional de desempleo hasta el 22,71 por ciento, cuantificándose en 262.000 el numero de parados (36.700 más que un año antes).


Afirmábamos aquí el lunes pasado que Castilla y León se encontraba en el punto más crítico en sus 30 años de su historia autonómica. Y no conocíamos estos últimos y desoladores datos sobre población y empleo, los dos principales parámetros para evaluar el progreso social de ésta y de cualquier comunidad autónoma. Con el agravante de que aquí ambos datos son inversamente proporcionales.

José A.de Santiago-Juárez y Juan Vicente Herrera
En 2009 el gobierno de Juan Vicente Herrera decidió unilateralmente cargarse la Estrategia Regional contra la Despoblación aprobada cuatro años por consenso en las Cortes de Castilla y León. A partir de un diagnóstico compartido por un grupo multidisciplinar de expertos de reconocido rigor científico, dicha Estrategia proponía un amplio conjunto de medidas para atajar un problema claramente estructural. Pese a que esas medidas apenas se aplicaron, en los años siguientes la comunidad siguió ganando población, pero ello debido al engañoso factor coyuntural de la inmigración llegada a España en los años de crecimiento.

Se sabía que el problema estaba ahí y habría de aflorar tan pronto bajara el suflé demográfico de la inmigración. Sin embargo, la Junta abandonó esa Estrategia común para sustituirla por una cacareada Agenda de la Población a partir de la cual Castilla y León ha entrado en un ciclo demográfico negativo, que acumula ya la pérdida de 48.000 habitantes. No sé si tras estos datos Juan Vicente Herrera seguirá pensando que el problema demográfico de Castilla y León es un tópico que se ha instalado en el imaginario colectivo, tal como se permitió afirmar en las Cortes en febrero de 2009, justo el día que presentaba la fracasada Agenda gestionada (?) por el consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez.

 ¿Y qué decir del paro?  La evolución en los últimos 5 años es como para echarse a temblar. Castilla y León cerró 2007 con 81.300 parados, que representaban el 6,99 por ciento de su población activa. Cinco años y un trimestre después, esos datos se han disparado hasta los 262.000 parados  y el 22,71 por ciento de tasa de desempleo que arroja esta última EPA. Nada menos que 180.000 parados más ¿Qué se ha hecho desde el gobierno autonómico para contener esta hemorragia de destrucción de empleo? Posiblemente, la pregunta tendría que ser otra: ¿Cuánto empleo público ha destruido directa e indirectamente la Junta a causa de los recortes presupuestarios aplicados en los tres últimos años? ¿Cuánto a causa del desplome histórico sufrido por la inversión pública?

Protesta conrra el despido de orientadores del ECYL
 Aparte de las medidas paliativas de protección pactadas en el marco del dialogo social, el gobierno Herrera ha permanecido impasible ante esa hemorragia, sin afrontar en ningún momento el urgente plan de choque y el gran pacto social  por el empleo que requería la situación. Me refiero a un plan de choque de verdad, no a ese falaz “plan de empleo juvenil y local” en el que se están gastando los 30 millones de euros procedentes de la vergonzante amnistía fiscal pactada en 2011 entre el PSOE de Julio Villarrubia y la Junta. Poco mas que una cataplasma en forma de una especie “mini jobs” de seis meses que no resuelve absolutamente nada. Y mientras tanto, cuando más falta hacía, se ha prescindido del  grueso de orientadores laborales que prestaba sus servicios en el Servicio Regional de Empleo, el ECYL. Despropósito tras despropósito.

 Se supone que la flexibilización del objetivo de déficit fijado a las comunidades autónomas ofrecerá margen para implementar esas políticas de estímulos al crecimiento económico y a la creación de empleo que hasta ahora en la práctica han brillado por su ausencia. Pero habrá que estar muy atentos al destino que se de a ese suplemento presupuestario en Castilla y León, no vaya a ser que parte del mismo se pierda en tapar agujeros financieros ocultos. En este punto sorprende que el nuevo techo de déficit que se maneja -un 1,2 frente al 0,7 previsto- le parezca al presidente de la Junta insuficiente para atender los compromisos de gasto público de la Administración Autonómica. Toda vez que ese medio punto viene a significar 275 millones de euros con los que no se contaba cuando se aprobó el Presupuesto de 2013, cabe preguntarse cómo hubiera afrontado el gobierno Herrera los ocho meses que faltan de año sin la revisión del déficit. Vaya usted a saber.

Obras de la Cúpula de la Energía
 Mientras tanto, los sueños de grandeza del pasado siguen pasando factura. Y ahora se ha conocido que la Junta ha paralizado la megalómana Cúpula de la Energía, el pretencioso edificio institucional que daba lustre a la no menos pretenciosa Ciudad del Medio Ambiente proyectada a la vera del Duero, junto a Soria. El proyecto se puso en marcha con la oposición del movimiento ecologista y  tras sortear la oposición del ayuntamiento soriano mediante una ley “ad hoc” que está recurrida en el Tribunal Constitucional. Suponía una inversión de 100 millones de euros, de los que la Junta reconoce haber gastado ya 52, ocho de ellos en la Cúpula ahora paralizada, de la que tan solo se lleva ejecutada una tercera parte.

Otro fiasco más dejado en herencia por la ex vicepresidenta y consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruíz, y su mano derecha, el ex viceconsejero José Manuel Jiménez Blázquez, repescado como director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental en la actual consejería de Fomento y Medio Ambiente.

 “Le había perdido la pista y pensé que, como tantos proyectos, estaba paralizado”, cuenta en “El País” Juan López de Uralde, el antiguo presidente de Greenpeace y lider del partido Equo. “Me llevaron a verlo y aluciné: es como Blude runner en la fresneda”, añade López de Uralde. Y seguramente ignora que la de la Energía solo era la primera de las tres Cúpulas del Duero proyectadas por la Junta. Hace poco más de un mes la consejería ha fallado los concursos de ideas convocados sobre las otras dos cúpulas, proyectadas en Valbuena del Duero y Zamora, respectivamente. “El desenlace del concurso no supone el inicio de las obras, dada la situación presupuestaria de las arcas autonómicas”, aclaraba, menos mal, la información. De eso que nos libra la crisis.