La pasada Convención del PP ha constatado la brecha abierta entre la España oficial y la España real, cada vez mas
distanciadas a causa del sectarismo de un partido que abusa de su mayoría
parlamentaria para imponer sus designios a la mayoría social. Aunque solo fuera por
hacer de la necesidad virtud, el cónclave de Valladolid podía haber sido
utilizado por el PP para pedir disculpas por los flagrantes incumplimientos de su programa electoral. Y por supuesto para pedir perdón por el caso Bárcenas y demás escándalos conexos sobre la más que presunta financiación
irregular del partido. En absoluto.
Mariano Rajoy en el auditorio "Miguel Delibes" |
Dos años y dos meses después de llegar a
Y ha quedado
claro que no piensan privarse de seguir utilizando su mayoría parlamentaria a su conveniencia ideológica. “Ningún grito, ningún insulto, ninguna
descalificación me hará abdicar del compromiso de cumplir el programa electoral
y regular el derecho de las mujeres embazadas y de los no nacidos”, decía Alberto Ruíz Gallardón, resistiéndose a reconocer el mayoritario rechazo social
que suscita la retrógrada reforma sobre el aborto que lleva su nombre. Si dicha reforma finalmente encalla, no será porque Gallardón
sea sensible a esa mayoría social que la rechaza, sino porque el PP tenga que plegar velas para no correr con su alto coste electoral.
El ruido ha
rodeado la convención de Valladolid. El ruido previo de la ausencia de Aznar y Mayor Oreja, el ruido paralelo de la calle manifestándose contra
esas políticas antisociales y el ruido de muchas horas de discursos y debates
ombliguistas en el Miguel Delibes que no han aportado una sola novedad. La bajada de impuestos a partir de 2015 estaba anunciada desde hace meses y
en Valladolid ni siquiera se han concretado sus líneas maestras.
Un aldeanismo ridículo.- Desde el punto de vista de la relación bilateral entrela Junta
de Castilla y León y el gobierno Rajoy, se había vendido la expectativa de que la convención iba a servír para desentrañar entuertos entre ambas administraciones. Algo así como
que los consejeros iban a aprovechar los pasillos del Miguel Delibes para coger
por banda a los correspondientes ministros y leerles la cartilla. Un planteamiento ridículo y aldeano que no conducía a ningún sitio. Y así ha sido: la Junta no ha sacado nada en limpio.
El consejero Villanueva y el ministro Soria |
Un aldeanismo ridículo.- Desde el punto de vista de la relación bilateral entre
Los desencuentros y contenciosos entre gobiernos no se
resuelven en los pasillos de ninguna convención de partido, sino a través de los
cauces institucionales o, en su caso, en los Tribunales. Lo del copago
farmacéutico de Ana Mato ya está en
ellos, como probablemente no tarde en estarlo otro recurso similar contra la
norma del ibérico de Arias Cañete. Y
lo del ministro Soria y la minería, a
estas alturas es simplemente un caso perdido.
El único asunto de interés para Castilla y León
que podía haberse encauzado en Valladolid es el referente al nuevo modelo de
financiación autonómica. La presencia de todos los barones territoriales
propiciaba el intento de aproximación en torno a un problema que suscita
posturas irreconciliables en el seno del PP. Sin embargo,
precisamente por saber que se trata de una cuestión envenenada, se ha
tenido buen cuidado de eludirla en aras de no poner en riesgo la imagen de
unidad y cierre de filas perseguida con esta convención. Así que se decidió correr un estúpido
velo y del asunto ni se habló en el almuerzo que el sábado compartió Rajoy con
los barones.
Esa misma mañana, Juan Vicente Herrera no ocultaba el chasco y su mosqueo con Montoro ante el adelanto de
las “cuentas públicas regionalizadas” publicado por “El País”. Dichas “cuentas”,
encargadas por el ministerio de Hacienda a modo de sucedáneo de las “balanzas
fiscales”, señalan a Castilla y León como una de las comunidades autónomas que
se encuentran “sobrefinanciadas”. Todo un jarro de agua fría para la Junta , que suspira por un nuevo modelo que incremente los recursos asignados a Castilla y León. Pretendemos ir por lana y podemos salir
trasquilados. Avisados estamos.
Montoro con Herrera en presencia de León de la Riva |
De los tres
escenarios posibles, cada vez se antoja mas improbable el de que Herrera agote
su actual mandato y se retire dejando paso a un nuevo candidato.
Electoralmente, es el más arriesgado. La segunda opción sería que se fuera antes, esta primavera, cediendo el testigo al sucesor a un año de las
elecciones, como va a hacer en Murcia Ramón Luis Válcarcel. Y la tercera es que el
actual presidente vuelva a presentarse en 2015 con la idea de renunciar después, más pronto que tarde, para dejar paso por fín al sucesor. Sospecho que Herrera y Rajoy ya han tomado la decisión y que no tardaremos en conocerla.