De creer al presidente de la Junta, cuya credibilidad en
esta materia se resiente lo suyo vista la posición mantenida en vísperas del
adelanto electoral de 2022, Castilla y León agotará la actual legislatura, de
forma que las próximas elecciones autonómicas se celebrarán en marzo de 2026.
Sobre el papel, en la actual coyuntura, con un gobierno del PP en minoría e
incapaz de presentar nuevos Presupuestos, Alfonso Fernández Mañueco tendría hoy
más motivos para el adelanto electoral de los que tuvo hace tres años cuando,
inopinadamente, dinamitó su pacto de gobierno con Ciudadanos, mandó a la
papelera unos Presupuestos a punto de aprobarse y convocó a las urnas en el mes
de febrero.
Foto de Mañueco en su cuenta de Facebook |
El resultado fue que Mañueco se deshizo de Ciudadanos para
echarse en brazos de Vox, abriendo una nefasta etapa de gobierno que
afortunadamente terminó el pasado verano porque así lo decidió, no Mañueco,
sino Santiago Abascal, que decidió romper con el PP en los gobiernos
autonómicos (no así en los municipales ni en otras instituciones que siguen
cogobernadas por ambos partidos, verbigracia el ayuntamiento de Valladolid).
Liberado de la atadura de la ultraderecha y de la tormentosa cohabitación con
el vicepresidente Juan García-Gallardo, Mañueco ha podido revertir algunos de los
estragos causados por la ultraderecha a su paso por la Junta, especialmente los
relacionados con el diálogo social, al tiempo que ha metido en un cajón
engendros legislativos como la proyectada Ley de la Discordia con la que se iba
a derogar el decreto de Memoria Democrática (la de la Violencia Intrafamiliar,
destinada a sustituir a la de Violencia Doméstica, no llegó a ver la luz).
Acaso el mayor lastre de ese nefando pacto PP-Vox sea la permanencia en la
presidencia de las Cortes de un presidente, Carlos Pollán, que sigue degradando de forma harto
lamentable el ya de por sí maltrecho prestigio del “mausoleo” de Villa del
Prado.
Juan García-Gallardo y Carlos Pollán |
Volviendo al día de hoy, lo cierto y constatable es que, tan pronto quedó atrás el paréntesis navideño, el gobierno Mañueco ha activado el botón “en modo electoral” como si las elecciones autonómicas estuvieran a la vuelta de la esquina. En las dos últimas semanas la agenda del presidente ha estado plagada de actos institucionales programados con una puesta en escena manifiestamente electoralista, algo que no ha pasado inadvertido a una oposición socialista a la que se le está haciendo muy largo el tránsito entre la etapa liderada por Luis Tudanca y la de sucesor al frente del partido, Carlos Martínez.
Si por Mañueco fuera, habríamos acudido a las urnas el
pasado otoño en unas elecciones convocadas inmediatamente después de la ruptura
con Vox. Pero, aunque formalmente el adelanto electoral constituye una
prerrogativa del presidente, en la práctica ni Mañueco ni ningún otro
presidente autonómico del PP (excepción hecha de Díaz Ayuso, que juega aparte
su propia liga), pueden activar el botón de un adelanto electoral sin contar
antes con el plácet de Alberto Núñez Feijóo. Y en Génova no están por anticipar
ninguna elección autonómica hasta que el PP no despeje su oscuro panorama en la
Comunidad Valenciana, donde Feijóo, con tal de conservar a toda costa el
gobierno autonómico, ha apostado por dar una oportunidad a un presidente,
Mazón, absolutamente irredimible.
Carlos Martínez |
En cualquier caso, en previsión de lo que puede ocurrir y consciente de que como muy tarde habrá elecciones en poco más de un año, Mañueco no
ha esperado ni a que terminara el mes enero para iniciar un despliegue -a
destacar, el relanzamiento de la vicepresidenta Blanco más allá de las
competencias de su consejería- descaradamente electoral.
PERLAS DE LA FACHOSFERA PATRIA
(o a ver quién la dice más gorda y/o insulta de manera más gruesa)
1.- “A mamar doctor Sánchez”: “El doctor Sánchez sabe que el ´consenso político´ ha sentado las bases y creado las condiciones para que los socialistas puedan gobernar autocráticamente y con poderes tan extraordinarios que no lo soñó Licurgo. En efecto, el ´consenso político´ ha ido erosionando, hasta destruir por completo, el ´consenso social´, que era un ethos católico y tradicional; y, destruido ese consenso social, los socialistas pueden llevar a cabo más eficazmente el mandato plutocrático que cualquier otra facción ideológica (que, además, acaudillan gentes inanes y acomplejadas que se quitan las gafas y se cambian el peinado, por aparentar juventud). Y para terminar de asegurar esa supremacia del partido de Estado, se agita el fantasma de una “ultraderecha” cipaya del atlantismo y el sionismo, que se pasea con el pecho abombado por los saraos de Trump, haciendo el ridi cosmopaleto. Vamos a mamar doctor Sánchez hasta que San Juan baje el dedo, demócratas”. Juan Manuel Prada (versión resignada) en el ”Abc”. ¿Por quién irá eso de quitarse las gafas para aparentar juventud? Ah, sí, por Feijóo...
2.- ”Sin lugar a dudas”: “El ómnibus-diligencia del sanchismo -un higo chumbo en el trasero velocísismo de lademocracia-, ha quedado reducido a un arnés anti caidas. Sólo sirve para aminorar el impacto de una dirección sin brújula. Y de paso -he aquí el quíd- paa embridar lo que el tirano considera principios básicos de su política trepidante: las pensiones, el transporte gratis para unos cuantos, la vivienda gratis para los okupas e inquiocupas, y sobre todo barra libre para hacer de la Justicia una amnistñia con “cianuro”, que planteó una fiscala para que las hebillas de ajuste del arnés sanchuno tuvieran holgura. (…) Ante esta degradación tan templada, uno ve y escucha lo que gritaron 10 mil jóvenes en el festival de artes marciales de Jordi Wild -¡Pedro Sánchez, hijo de puta!- del 31 de enero, y le suena, con todos los respetos, a desahogo, a insurrección juveníl, al Himno a la alegrìa de Ludwig van Beethoven”. Antonio Piedra, el sempiterno e inmarcesible director de la fundición “Jorge Guillén” en “El Mundo de Castilla y León”.
4.- “Dejad que Pedro dure dos años antes de ser derogado”: “Ser progresista hoy en España consiste en arrendar la vergüenza al último golpe de cadera de Pedro, hasta jurar que vender la agenda legislativa a Puigdemont es antifascismo. Así que gracias a Prisa, RTVE o La Sexta cada vez que se habla con un sanchista es como si se hubiera hablado con todos ellos. Del humorista a la presentadora, del tertuliano al sindicalista, de la charo tardofeminista al actor goyesco, el argumentario se recita con perruna fidelidad. Lo fascinante es que se adaptan a cada cambio de opinión de Pedro con la agilidad de un bando de estorninos y la falta de vergüenza de un comedero de patos. (…) Pero lo mejor que le puede pasar al antisanchismo es aceptar que a la legislatura -o como se llame este descalzaperros suizo- le quedan dos años. Puigdemont necesita que Pedro dure y Begoña opina lo mismo. (…) De modo que lo más inteligente es relajarse y calibrar la estrategia sin aspavientos. Asegurar a los españoles que, intente lo que intente, la obra cainita de Pedro quedará derogada en dos años. Y que todos estos estúpidos esfuerzos para sobrevivir otro mes a costa de nuestros bolsillos y nuestras instituciones sólo servirán para que recordemos lo que nunca más deseamos volver a ser”. Jorge Bustos en ”El Mundo”.