El Portavoz de la Junta |
Sin embargo, no habíamos llegado a fin de año y el panorama empezaba a pintar de manera muy diferente. Tanto que el primer Consejo de Ministros presidido por Rajoy nos dejó con un palmo de narices. En la primera oleada de recortes desaparecían de los Presupuestos del Estado 175 millones del Plan Miner y otros 150 del Plan de Convergencia de Castilla y León, en total 325, justo la mitad de aquellos 650 millones que nos debía Zapatero.
Al margen de esos recortes presupuestarios a esta comunidad autónoma, ese primer Consejo de Ministros había deseado feliz 2012 a los españoles subiendo, entre otros impuestos, el IRPF, el IBI y la tributación del ahorro. “Y esto es solo el inicio del inicio”, nos advirtió nuestra paisana Soraya Sáez de Santamaría aquel viernes 30 de diciembre. Advertencia que, con el discurrir del tiempo, íbamos a comprobar que no era vana.
Pero para los castellanos y leoneses ese no era el único regalo de fin de año que nos dejaba el PP. Un día antes, el 29 de diciembre, recién soportadas las bromas de los Santos Inocentes, el gobierno de Juan Vicente Herrera se había descolgado con otro paquete de recortes y subidas de impuestos, que incluía medidas como la ampliación de jornada a los empleados públicos y la aplicación del centímazo sanitario.
Mariano Rajoy y Juan Vicente Herrera |
Y aunque Juan Vicente Herrera no lo dijo, aquellas medidas eran solo el inicio de toda una escalada de recortes sociales y presupuestarios aplicados por la Junta a lo largo de 2012. En estos doce últimos meses ambos gobiernos, el de Rajoy y Herrera, se han empleado a fondo en la doble y paralela tarea de socavar el Estado de Bienestar y de diezmar nuestros bolsillos por la vía recaudatoria. Desde aquellas primeras subidas del IRPF y el IBI hasta la reciente entrada en vigor del tasazo judicial de Gallardón, el gobierno Rajoy no ha dado un respiro al sufrido contribuyente (no así a los bancos o las intocables sicav). Para mayor inri, los evasores han tenido ocasión de beneficiarse de una amnistía fiscal, complementada por la Junta con otra de tapadillo de la que seguimos sin conocer el importe recaudado.
Se aprobó una reforma laboral que solo ha conseguido precarizar el empleo y estimular el despido, se dejó en mantillas la Ley de Dependencia, se obligó a las comunidades autónomas a recortar 10.000 millones de euros en Educación y Sanidad, se restringieron las prestaciones por desempleo, se suprimió la paga de navidad a los funcionarios, se subió el IVA y finalmente -finalmente, de momento- se incumplió la revalorización de las pensiones establecida por el Pacto de Toledo. Casi todo ello a golpe de decreto y pasandose por el forro compromisos adquiridos con el ciudadano.
En ocasiones el gobierno central y la Junta se han repartido los papeles de poli bueno y poli malo, como ocurrió con el salvaje recorte (un 67 por ciento) en las ayudas previstas en el Plan del Carbón. Pero donde no puede eludir su responsabilidad el gobierno Herrera es en el inacabable rosario de recortes en Educación, Sanidad y Dependencia. En los Presupuestos de la Comunidad de 2012 el llamado gasto social (Sanidad, Educación y Familia) ha descendido en 232 millones de euros, recorte que se eleva a 340 en los que acaban de aprobarse para 2013. Y en realidad, el "reajuste" comenzó en 2.011, año en el que el montante presupuestado para esas tres Consejerías disminuyó en 184 millones respecto a 2.010.
J.J. Mateos, consejero de Educación, y A. Sáez, consejero de Sanidad |
Termino volviendo al principio. Si no se ha cumplido la profecía maya, el gobierno Rajoy celebra hoy su primer aniversario, momento en el que correspondería que la Junta haga balance y su Portavoz nos cuente, con su proverbial clarividencia, a cuanto asciende un año después aquella deuda de 2.018 euros por familia con la que se despidió Zapatero. Puede aprovechar y hacerlo el día 28 y así nos lo podremos tomar a broma.